Aguas curativas santafeseñas, patrimonio de la nación

“Si estos manantiales y el clima delicioso que los rodea estuvieran en cualquier lugar de los Estados Unidos, Santa Fe llegaría a ser un lugar de reunión para los enfermos con el cual ni Saratoga ni Sharon podrían rivalizar”

Samuel Hazard, escritor norteamericano. 1868

El manantial mineromedicinal Santa Rita, razón económica por la cual se fundó el segundo poblado pinero, estuvo bajo las aguas de la presa Santa Fe por más de 30 años.

La relación de los Montané con estas aguas comienza mucho antes, con Sergio, el padre del comandante Jesús Montané Oropesa, quien vaticinara en el periódico Pino Nuevo, en 1948, que “algún día este territorio tendrá un gobierno inteligente, astuto y patriota capaz de devolverle a Santa Fe, con la reconstrucción de su balneario, el esplendor que tuvo…”.

Y es su hijo quien, rectoreando al Grupo Municipal de Termalismo, comienza las labores de revitalización del antiguo balneario a finales de 1997. Los muestreos realizados al año siguiente avalaron la magnífica calidad del antiguo acuífero curativo.

Según un protocolo médico de 1999, se aplicaron estos baños a más de mil enfermos prescriptos en su mayoría por el doctor Lázaro Lazaga González, jefe de la directiva 026 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias en la Isla.

Un total de 43 afecciones o dolencias fueron atendidas en ese lapso por este especialista, quien avaló la cura, recuperación o mejoría de los tratados con solo diez sesiones de balneoterapia, siendo la artrosis, artritis y reuma, cervicalgias, cólicos biliosos y nefríticos, asma, dermopatías, sacrolumbalgias, gota, lupus, bursitis, hongos y virus, las más frecuentes.

Como un dato a destacar en el protocolo de referencia consta el ahorro de 33 510 pesos al no utilizar los fármacos acostumbrados.

TESTIMONIOS DE BENEFICIADOS

Mabel Leonor Fonseca fue una de las personas que en el 2004 recibió los tratamientos balneológicos en la Sala de Ingresos de MTN en el hospital viejo de La Fe. La aquejaba una condromalacia de grado II, causante de fuertes dolencias en las rodillas. “Fueron 21 baños en días consecutivos y más nunca he tenido dolores –asegura–. Con toda confianza puedo decir que después del tratamiento ¡me curé!”

La suya, una afección que en todo el mundo se trata, no se cura con el bisturí y cada cuatro o cinco años debe repetirse la cirugía.

Alexis trabajó en el Santa Rita al comienzo de su recuperación. Foto: Wiltse Javier Peña Hijuelos

Alexis René Fernández Robles trabajó como obrero en el rescate inicial del Santa Rita y recuerda: “Me curé de unos espolones que tenía en los calcañales; estos desaparecieron, se desintegraron. Mi niño se curó de impétigo. Y un español, Joaquín, también se curó y luego se hizo muy amigo de nosotros. Había recorrido medio mundo buscando el remedio para su enfermedad y fue aquí donde lo encontró; por eso trajo una computadora, la primera utilizada en el balneario, para llevar la evolución de los pacientes”.

“Es muy lindo curarse como si uno se estuviera recreando”, manifiesta Yara. Foto: Wiltse Javier Peña Hijuelos

Yara Yero Sosa tiene ahora 23 años y una niña de seis. Fue de las pacientes ingresadas en la sala del hospitalito viejo santafeseño cuando no había terminado la Enseñanza Primaria. Sufría de sinusitis crónica y fuertes dolores de cabeza; con el tratamiento balneológico “en menos de una semana expulsé todas las flemas acumuladas en la frente: ¡se acabaron la sinusitis y mis dolores de cabeza! Ojalá mi niña y los demás pudieran recibir un tratamiento tan agradable y efectivo cuando les haga falta, pues es muy lindo disfrutar de una piscina tibiecita y curarse como si nos estuviéramos recreando”.

“Este balneario era visitado anualmente por renombrados turistas de salud”, asegura Wílliam. Foto: Wiltse Javier Peña Hijuelos

Wílliam Serrano Argentel, el conocido locutor, guionista y escritor de programas radiales tan escuchados como Señal, Méjico canta o De Cuba la Música, remitido por su médico de familia estuvo entre los iniciadores. “Allí me traté lesiones que he sufrido de la circulación en ambas piernas –recuerda– y poco después tocó el turno a mi nieto, quien debutó con una afección de la piel muy virulenta, parecida al impétigo. Fue una semana de baños y salió radicalmente curado sin aplicar medicamentos de farmacia ni de farmacopeapopular.

“Algo después, agrega, la fama se extendió y comenzaron a llegar pacientes de toda Cuba; estuvimos incluso a un tilín de que se volvieran a internacionalizar estas aguas como lo fueron en 1958, cuando un baño costaba cinco dólares y eran anualmente visitadas por turistas de salud tan renombrados como el actor Errol Flynn o Joe DiMaggio, el consorte de Marilyn Monroe”.

Wílliam reflexiona: “El balneario está pendiente de aprobación como Cooperativa No Agropecuaria. Otro gallo cantaría si estuviéramos en condiciones de aplicar las propiedades de estas aguas a la covid 19: lograríamos una recuperación más completa y convalecencia más corta. Además,  no creo sean estas las únicas mejorías”.

Se refiere a la potencialidad curativa del Santa Rita: aminoácidos, proteínas y antibióticos en un ambiente de baja radioactividad, algo que ni en el más afamado laboratorio se logra de manera sintética.

ACCIONES QUE AHORA ACOMETEN

El doctor Osvaldo Domínguez Cobas, director del policlínico Orestes Falls Oñate y jefe del Área de Salud de las aguas mineromedicinales,  recuerda que cuando comenzó el rescate del balneario era estudiante de Medicina y “ya escuchaba el comentario de personas que venían al tratamiento con las aguas y lograban buenos resultados.

El doctor Osvaldo, jefe del Área de Salud, chequea y participa en las tareas de limpieza y recuperación.

“Ahora, con años de experiencia considero que tal recurso curativo no es patrimonio solo de este poblado sino del país. Cuanto se haga para recuperarlo será una inversión muy conveniente; permitirá incrementar el arsenal terapéutico y contrarrestar el déficit de medicamentos que enfrentamos como consecuencia del bloqueo”.

Sobre las acciones que ahora acometen con Servicios Comunales, respondió: “Trabajamos en la limpieza de las áreas exteriores para luego retirar las aguas remansadas, rescatar la tradicional Casa de Baños, mientras laboramos en la piscina olímpica para convertirla en pileta terapéutica para el tratamiento y la recuperación de pacientes afectados por diferentes patologías”.

Trabajadores de Servicios Comunales enfrascados en el acondicionamiento de las áreas exteriores.

ASIGNATURA PENDIENTE     

En el 2004 la Oficina Nacional de Recursos Minerales cerró el balneario Santa Rita, inundado tras el paso del huracán Iván, por no disponer de la correspondiente concesión minera de explotación.

Réplica de la Casa de Baños que dio fama al Santa Rita desde la etapa colonial.

Recuperar ahora la réplica de la Casa de Baños original –como estaba antes de ser clausurada– significa un primer paso grande hacia lo que debemos alcanzar. Pone a este recurso natural, con tanta demanda en el mundo, en condiciones de ser, incluso, presentado dentro de la Cartera de Negocios territorial o nacional y, es bueno saberlo, nunca faltaron los interesados en copatrocinar el negocio de estas aguas cargadas con tan amplio espectro curativo. Una fuente de ingresos segura que explotaría una cosecha subterránea inagotable, a prueba de plagas, sequías o inundaciones.

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