Por: Silvia Mayra Gómez Fariñas

Póngase en la cazuela cuatro onzas de manteca de puerco, échese á sofreír un diente de ajo, perejil, ajíes dulces y una cebolla, todo picado grueso, después se echa una cucharada de harina de castilla y un poco de sal, dos escudillas de caldo y media de vinagre, con la carne de vaca y ternera cocida, ó de la olla deshilachada; se deja cocer hasta que se embeba el caldo y luego se sirve con plátanos maduros fritos como los anteriores, y colocados por arriba cruzándolos en el centro como los castillos de caña pelada de los niños.

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