Haciendo honor a una política que se consideraba sepultada por la historia –la Doctrina Monroe–, Estados Unidos estableció sanciones adicionales contra Venezuela, con el fin explícito –en palabras del consejero John Bolton– de eliminar el comunismo.
En una llamarada de retórica belicista, el halcón se refirió a los activos económicos venezolanos como propiedades «ajenas» al gobierno de Maduro, quien estaría «usurpando» dicho poder. Bolton aseveró que las medidas contra el Banco Central de Venezuela son una «firme advertencia a todos los actores externos, Rusia incluida, de no desplegar recursos militares en la región», así que, como decía el adagio de inicios del siglo XIX: «América para los americanos».
Estas acciones incluyen la reducción de remesas a Cuba y el bloqueo del movimiento financiero a Nicaragua. El vocero del Ministerio chino de Relaciones Exteriores, Lu Kang, le respondió a ese discurso injerencista desde una postura de firmeza, en el que criticó la intromisión del Cártel de Lima en los asuntos internos venezolanos: «Las presiones y las sanciones foráneas solo empeoran la situación y pueden llevar a que se salga de control».
El canciller venezolano Jorge Arreaza, desde su Twitter, calificó las medidas del imperio como un crimen de lesa humanidad, contra el grueso del pueblo de su país y anunció que se tomarían medidas legales para perseguir esa pillería económica que tiene objetivos políticos fuera de la agenda democrática y del Derecho internacional.
En ese mismo tono, la propia Cancillería ofreció un comunicado oficial, en el que, además, se le hizo frente a las declaraciones descaradas de los voceros del imperio contra Cuba, las cuales incluyeron la reedición de una aventura bélica en las mismas arenas de Playa Girón, donde los mercenarios derechistas mordieron el polvo de la derrota en menos de 72 horas, para humillación eterna del imperio.
El Banco Central de Venezuela puso en su portal web que «les tocaba seguir trabajando como siempre», en alusión a la arremetida de Estados Unidos, país este que pretende dictar en la realidad de las demás naciones del hemisferio. Nicolás Maduro añadió que estas acciones fortalecen la unidad del pueblo, de cara a las agresiones de los verdaderos enemigos de la libertad.