Fuente excepcional de vitamina C

Foto: Wiltse Javier Peña Hijuelos

Se conoce por grosella a la planta y fruto del Phyllantusacidus, árbol originario de las Indias orientales. Alcanza unos diez metros de alto y su madera, casi blanca, es medianamente dura. Produce muchos frutos deprimidos y angulosos. Tienen un sabor ácido muy característico y un color ambarino-amarillo translúcido.

Las grosellas crecen en cualquier suelo excepto los excesivamente ácidos o alcalinos. Los arenosos o calcáreos no le resultan convenientes porque conservan poca humedad. No toleran los salinos o aquellos que presentan un mal drenaje (demasiado arcillosos). Les va mejor el rico en piedrecillas calizas, con buena cantidad de materia orgánica.

Como la de otros frutales, la reproducción del grosellero puede hacerse por semillas, patrones injertados o esquejes de madera dura. Y su primera fructificación se obtiene a los tres o cuatro años de edad.

Este frutal agradece las podas de formación y mantenimiento, reciprocándolas con abundantes cosechas. Resulta una fuente excepcional de vitamina C, incluso superior a la naranja. Por tal motivo es un efectivo antioxidante que puede protegernos contra enfermedades del corazón y los problemas circulatorios. Además, es rica en potasio. Tiene propiedades antibacterianas y antinflamatorias. Estimula el sistema nervioso simpático y ayuda a aliviar el estrés y la ansiedad.

Si se desea comer los frutos maduros directamente de la planta es mejor dejarlos unas tres semanas en la misma después de que hayan coloreado. Cuando se recogen para guardar, hacer conservas, refrescos o encurtidos es mejor evitar la humedad y hacerlo cuando estén completamente secos.

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