
Este 26 de julio como dictan las tradiciones de lucha del pueblo cubano, heredada de los gloriosos mártires que ofrendaron su vida por la independencia, los pineros tomaron las calles para rendir tributo al primer mártir pinero, Bruno Hernández Blanco, y demás participantes en el histórico alzamiento armado de Nueva Gerona, que hoy conmemora su 126 aniversario.
Aquel día de julio de 1896 los patriotas pineros desafiaron a la representación del gobierno español en la entonces Isla de Pinos, para capturar al gobernador militar José Bérriz y unirse a las tropas del lugarteniente Antonio Maceo en el occidente cubano.
Ese, según demostró la historia, no fue un hecho aislado, se encadenó 57 años más tarde con el asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes por la generación del centenario martiano, hazaña que también fue evocada este martes por los pineros, encabezados por la máxima dirección del territorio.
Montados a caballo y en marcha patriótica unida llegaron los compatriotas a la histórica esquina de Paseo Martí y calle 26, para alzar sus voces y homenajear al mártir local justo donde cayera hace 126 años.
La tradicional peregrinación por calle 41 y 39 A hasta el obelisco de mármol gris erigido en memoria a Bruno Hernández Blanco en la necrópolis de la capital, fue liderada por Zunilda García Garcés, miembro del Comité Central del Partido y su primera secretaria aquí, y Liván Fuentes Álvarez, presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular, junto al pueblo como muestra de unidad.
García Garcés junto al coronel (de la reserva) Edel Pérez Rodríguez, presidente de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana aquí, depositaron una ofrenda floral en el monumento, donde minutos después el historiador de la ciudad, Roberto Únger, revivió los acontecimientos de esa histórica jornada.
Ratificó que aunque la insurrección no logró el propósito concebido por los patriotas, sí marcó la formación de la nacionalidad cubana de los naturales de esta tierra, cuyo vínculo con las tradiciones de lucha de los deportados políticos de toda Cuba, constituyó el factor que acabó de delinear el orgullo de ser cubanos de los pineros bajo el ideal independentista.
Una vez más el 26 de julio en la Isla constituyó un momento idóneo para reafirmar la unidad de los pineros en torno al Partido Comunista de Cuba y a la Revolución, en el compromiso imperecedero de salvaguardar el Socialismo.


