Hazaña con sangre

De los varios nombres recibidos por este archipiélago está el de Isla de los deportados, pues las autoridades españolas lo consideraron el sitio idóneo para el destierro y explotar esa fuerza de trabajo.

Pero los deportados políticos encendieron las ansias de libertad en los jóvenes pineros, quienes sentían deseos de incorporarse a la Guerra del ’95, organizada por José Martí para lograr la definitiva independencia de Cuba.

Uno de ellos fue Bruno Hernández Blanco, nacido en San Pedro, hoy Argelia Libre. Lo llamaban Ninon; era un hábil cobijador (techos de guano) y organizó las labores de milicias y reclutamiento en el levantamiento del 26 de julio de 1896, en la entonces Isla de Pinos.

Aunados por el sentido de justicia, Bruno Hernández y sus compañeros, entre ellos una mujer: Evangelina Cossío, hija de uno de los mambises aquí confinados, se enrolan en dicha acción contra los enemigos colonialistas.

Ese día, los revolucionarios ponen a su favor la celebración de la Santa Ana –matizada de festividades en las que la población pernoctaba– y maniobran para no levantar sospechas.

El bullicio y las carreras de cintas a caballos daban colorido al jolgorio en Nueva Gerona, oportunidad única para agrupar a los jóvenes con cabalgadura que partieron del poblado Santa Fe.

A su vez, la agraciada Evangelina Cossío, aún sin alcanzar los 20  años, aprovecha las atrevidas promesas de amor del coronel español José Bérriz  –jefe de guarnición y hombre de confianza del Capitán General de Cuba Valeriano Weyler– para invitarlo a su casa con el fin de que fuera apresado y lo obligaran a que hiciera rendir a los soldados del cuartel, lo cual fracasó.

Al llegar Bruno a San Clemente (hoy calle 26) se le unieron deportados que lo esperaban en San Clemente y calle del Río, para acercarse al cuartel de caballería (hoy seminternado Josué País) que ocupaba la manzana Vives, en cuya esquina reciben una lluvia de plomo proveniente de una patrulla que se encontraba cercana a la esquina 37, la cual provocó el embotellamiento del grupo en la estrecha calle, desorganizándolo al ser castigada su vanguardia.

La avanzada queda separada del grueso de los asaltantes y es obligada a cabalgar hasta la calle Pinillos, donde había soldados españoles. No obstante, trata de romper el cerco y en la esquina cae Bruno Hernández.

Comienza la cacería de los hombres protagonistas de los hechos; algunos consiguen refugiarse en las lomas, pero fueron delatados y la mayoría asesinados.

A pesar de haber sido frustrado, el levantamiento trasciende como uno de los sucesos más gloriosos en este pedazo de suelo patrio.

El coraje y patriotismo demostrados con aquellas acciones de los pineros y deportados inspiran a las nuevas generaciones que, junto al pueblo, se encuentran cada  26 de julio en el sitio donde cayó Bruno para salir en peregrinación hacia el cementerio y rendir tributo a quienes ofrendaron su sangre por Cuba soberana.

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26 de Julio 2020 Historia Isla de la Juventud
Mayra Lamotte Castillo
Mayra Lamotte Castillo

Licenciada en Periodismo en la Universidad de La Habana; tiene más de 40 años en la profesión.

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