Sin chaleco antibalas, “preparos” ni resguardos

Foto: Tomada de Internet

Estuvo incontables veces en la primera línea de combate. Centenares de atentados se prepararon y ejecutaron contra su persona. Hasta poderes sobrenaturales se invocan para denigrar su estatura de soldado

Estuvo de pie hasta que el último de sus compañeros pudo retirarse,  frente a la ametralladora que cubría con su fuego la entrada al Cuartel Moncada y la manejaba un sargento experto en el uso de esa arma.

Fidel está otra vez ante las balas el cinco de diciembre de 1956, cuando se produce el primer encuentro con las tropas de la tiranía en Alegría de Pío. Y a un mes escaso de esta acción, el 17 de enero, de nuevo entra en batalla, siempre a pecho descubierto como un soldado de filas. Ocurre  la primera acción armada del Ejército Rebelde, la toma del cuartel de La Plata.

Muy poco después, uno de los primeros colaboradores de la naciente guerrilla, capturado por el jefe de operaciones del ejército, comandante Joaquín Casillas Lumpuy, acepta colaborar con la tiranía y traiciona: Eutimio Guerra.Cuando retorna al campamento rebelde, porta una pistola 45, dos granadas y el encargo de asesinarlo.La noche es de frío intenso y hasta duerme junto a Fidel, cobijándose con una misma manta. Pero como ocurrirá luego a otros asesinos por encargo, algo le paraliza… y ni intenta accionar su arma.

Al año siguiente, 1958, y también en plena Sierra Maestra, acontece el primero de los 638 intentos de asesinato orquestados por el enemigo externo; de los cuales, dentro y fuera del país, llegaron a ejecutarse más de un centenar.

Durante los 25 meses de la guerra en las montañas, Fidel tuvo bajo su mando directo a la Columna Uno José Martí y participó personalmente en casi todas las operaciones y combates más importantes que tuvieron efecto en el territorio del Primer Frente Rebelde.Siempre iniciadas a la señal de un disparo-y no al aire-, efectuado con su fusil de mirilla telescópica.

Luego, todavía sin consolidar la victoria, transita en la Caravana de la Libertad a lo largo de todo el país, atravesando, en muchas ocasiones, territorios donde las unidades enemigas ni se habían rendido todavía y estaban dotadas con expertos francotiradores adiestrados para ultimar sus víctimas a distancia.

Y dos años más tarde, Playa Girón… Fidel siempre en primera línea, sobre un tanque o peinando en la captura de mercenarios, entre manglares y diente de perro, “cogiéndolos a mano limpia” como refiriera uno de sus acompañantes en aquella hombrada.

En el bando contrario, once de los tantos apresados personalmente por él, declararon luego en juicio público y rogaban se les tomara como atenuante que vieron venir a Fidel al frente del peine, pudieron dispararle con ventaja y matarlo… pero no… no lo hicieron.

Otras muchas anécdotas serían referibles, no hacen falta. Un solo detalle queremos remarcar: en tantos sitiossiempre expuesto al fuego enemigo, jamás una bala le rozó siquiera. Los que pretenden denigrar su estatura de soldado, dicen que estaba protegido por “preparos o resguardos”. Sostener lo contrario, sería reconocer tres coyunturasque para nada les convienen a su acometida difamatoria: lo cuidaba la Providencia, o el valor personal y sus principios.

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