Sábila, salud y belleza

Sábila o Aloe vera. La mayoría de las especies –alrededor de 400– forman una roseta de hojas carnosas y gruesas que salen de un tallo corto. Son normalmente lanceoladas con un afilado ápice y márgenes espinosos, los colores varían del gris al verde brillante y a veces están rayadas o moteadas. Las flores tubulares, desde amarillo a rojo o anaranjado, nacen en un tallo sin hojas, simple o ramificado, agrupadas en densos racimos (inflorescencias). Los aloes son plantas que se reproducen por polinización cruzada y se multiplican, además, por semillas o retoños.

Este género tiene la capacidad de conservar el agua de lluvia, lo que le permite sobrevivir durante largos períodos en condiciones de sequía.

Puede utilizarse antes, pero después de los tres años de vida es cuando el gel contenido en las hojas está al máximo de su contenido nutricional. Se usa para calmar quemaduras menores, heridas y diversas afecciones cutáneas, como el eccema y la tiña. Su efecto es casi inmediato.

Además, tiene gran aplicación en el tratamiento de las várices, caspa, acné, manchas marrones en la piel, en el cuidado del cabello, las arrugas, el tono y la suavidad del cutis. Como bebida saludable resulta ideal para contrarrestar dolores de cabeza, problemas digestivos, úlceras, artritis, sinusitis, asma, angina, cataratas, molestias menstruales y hemorroides.

Esta planta se vuelve de color marrón por exceso de sol, conviene más que reciba luz indirecta. Como es jugosa, no requiere demasiado riego. Dentro del hogar tampoco debe cambiarse de maceta hasta que se desarrolle hacia arriba y sus hojas adquieran un mayor grosor. Al estar bien arraigada brotarán sus retoños, los cuales deben ser eliminados con tres o cuatro pulgadas de alto y utilizarse para la reproducción.

La planta crece bien en cualquier tipo de suelo, aunque no soporta el encharcamiento.En relación con su cuidado, tenga presente que las hojas crecen de manera horizontal cuando reciben insuficiente luz, hojas delgadas y enruladas (escaso riego), hojas marrones (demasiada luz directa), crecimiento lento (exceso de agua, suelo muy alcalino o insuficiente luz).

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