Recordar la entrañable patria de Lenin

Hoy el pueblo cubano festeja con júbilo la efeméride de la conmemoración del aniversario 102 de la Gran Revolución Socialista de Octubre (GRSO), suscitada el siete de noviembre (según el actual calendario) de 1917, considerado como un acontecimiento político ideológico de relieve mundial.

Se trata de una efeméride recordada en Cuba como una excepcional oportunidad de expresar los sentimientos de admiración, respeto y cariño que nos unen y unirán por siempre a la patria de Vladímir IlichUliánov (Lenin), quien, como máximo inspirador y organizador de esta epopeya, aglutinó a obreros, soldados, campesinos e integrantes del Partido Bolchevique.

Este triunfo fue un ejemplo de solución revolucionaria a las más agudas contradicciones del imperialismo mundial y abrió una nueva era en la historia de la humanidad porque sirvió de punto de partida al proceso de origen y desarrollo de la formación socioeconómica más avanzada: la comunista.

Mucho se habla de los referentes que incidieron en este éxito: El gobierno provisional, los partidos y pequeños burgueses que estaban en crisis y eran incapaces de contener la efervescencia predominante en el país. Rusia se veía inmersa en una situación nacional difícil, reinaba una situación revolucionaria y era eminente romper las cadenas del yugo del capitalismo.

El Gran Octubre, como también se le conoce, si bien trajo la muerte de millares de personas, sirvió para cimentar un proyecto social abocado a despertar las mejores virtudes de los hombres y mujeres, mediante un sistema donde el concurso de todos potenciaría un desarrollo espiritual del individuo.

¡Viva Lenin! ¡Viva Rusia! eran consignas, repetidas y patentizadas a través de toda la ya extinta Unión Soviética. En otras naciones, las consignas eran gritadas como una amenaza a la burguesía y de esperanza de una vida mejor.

Al hablar de este acontecimiento resulta esencial significar tres circunstancias de orden exterior determinantes en que se derrocara el poder de la burguesía.

La primera es que comenzó durante un período de pugna encarnizada entre los dos principales grupos imperialistas, el anglo-francés y el austro-alemán, cuando estos grupos, enzarzados en mortal combate, no tenían ni tiempo ni medios para dedicar una atención seria a la lucha contra la Revolución de Octubre, lo cual le permitió aprovechar los cruentos choques en el seno del imperialismo para consolidar y organizar sus fuerzas.

El hecho de empezar en el curso de la guerra imperialista es la segunda, cuando las masas trabajadoras, extenuadas por la guerra y ansiosas de paz, se vieron llevadas, por la lógica misma de las cosas, a la revolución proletaria, como único medio de salir de la guerra.

Esto tuvo una importancia inmensa; puso en sus manos el poderoso instrumento de la paz, ofreciéndole la posibilidad de conjugar la revolución soviética con la terminación de la odiosa guerra y, de este modo, granjearse la simpatía de las masas tanto en el Occidente como en el Oriente.

La tercera es referente al poderoso movimiento obrero en Europa y la crisis revolucionaria que, engendrada por la prolongada guerra imperialista, maduraba en el Occidente y en el Oriente. Esto le aseguró, fuera de Rusia, aliados fieles en su lucha contra el capitalismo mundial.

Aparte de los anteriores acontecimientos muchas condiciones coadyuvaron al triunfo de octubre de 1917, cuya importancia no sólo reside en que es la gran iniciativa de un país que ha abierto una brecha en el sistema del imperialismo, sino también en ser la primera etapa de la revolución mundial y una base potente para su desenvolvimiento sucesivo.

Por eso no sólo pecan quienes, olvidando el carácter internacional de la Revolución de Octubre, afirman que la victoria de la revolución en un solo país es un fenómeno pura y exclusivamente nacional; pecan también quienes, sin olvidar el carácter internacional de esta hazaña, la consideran como algo pasivo y sujeto únicamente al apoyo recibido del exterior.

La realidad es que, si bien aquel acontecimiento necesitó de la ayuda de otros países, también varias naciones demandaron del apoyo de la GRSO para acelerar e impulsar el derrocamiento del imperialismo mundial.

 

 

 

 

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