
Me facilitaron un folleto editado en el 2004 por la Editorial Pueblo y Educación, con el título Plaguicidas Naturales de origen botánico, cuyo colectivo de autores encabeza Margarita Hernández Escalona. Se trata de un instructivo agotado, pero de trascendental importancia para lograr, a bajo costo, abundantes producciones agrícolas.
Sucintamente, reproduzco algunos de sus acápites fundamentales.
Estos plaguicidas pueden ser de origen animal, microbiano o vegetal y actuar como hormonales, biocidas, inhibidores o estimuladores de diferentes procesos biológicos, según el caso.
Su obtención y uso es factible para cualquier agricultor y en su elaboración puede participar toda la familia.
Ventajas y desventajas
Escogerlos nos hace menos dependientes de los plaguicidas químicos que, por lo general, son caros y no de fácil adquisición.
Nuestros preparados caseros contienen más de un principio bioactivo y de poca persistencia, por cuanto resultan menos propensos a inducir la resistencia o tolerancia en plagas y patógenos.
Sus resultados tienen como desventajas ser menos espectaculares que si aplicamos plaguicidas sintéticos, además, al tener poca persistencia nos obligan a repetir aplicaciones.
Precauciones
Los plaguicidas naturales también pueden resultar venenosos o tóxicos para el hombre, por lo que se recomienda:
1.- Evitar el contacto con la piel, utilizando medios de protección y vestimenta adecuada.
2.- No ingerir o inhalar los vapores que de ellos emanen.
3.- Los recipientes a emplear deben destinarse solo a este fin.
4.- No tener derrames durante la preparación.
5.- Después de manipularlos, con abundante agua corriente lavarse las manos o cualquier parte que haya tenido contacto con estos.
6.- No comer, beber o fumar con las manos impregnadas de estos productos.
7.- Nunca consumir las viandas o verduras antes de los cinco días posteriores a su aplicación.