
Naranja agria (Citrus aurantium). Árbol de mediano tamaño, muy ramificado y espinoso. Flores de azahar blancas, grandes, aromáticas, solitarias o en pequeños grupos. Fruto en hesperidio, generalmente de siete a nueve centímetros de diámetro y muy jugoso.
La naranja agria se cultiva en patios y huertos para usar su jugo como bebida refrescante y su corteza para dulces y conservas. Muchas personas prefieren tener en su patio un naranjo agrio a uno dulce, porque usan las hojas en cocimientos y el fruto lo consideran un condimento insustituible para aliñar carnes, viandas hervidas, sopas y pescado.
No existen requerimientos especiales para la cosecha de las hojas y frutos. Estas deben consumirse frescas. La corteza del fruto conviene secarla en lugar fresco, a la sombra, para su consumo cuando se necesite.
Tiene probadas cualidades medicinales para el tratamiento cardiocirculatorio, digestivo, genito-urinario, piel y mucosas.
Se propaga con facilidad a través de las semillas de una fruta bien madura. De esta forma se obtiene la primera cosecha después del cuarto año de cultivo. Propagada por injertos, es posible mucho antes.
El agua de azahar, elaborada con las flores frescas, se reporta como hipnótica. Ejerce una importante actividad espasmolítica, sedante y aromática. Resulta beneficiosa frente a problemas digestivos, dolores abdominales y vómitos; en especial cuando presentan un componente nervioso. Como sedante ligero se puede mezclar con otros calmantes, como la valeriana, de forma que su efecto se potencia, además de proporcionar un agradable sabor a las tisanas.
En nuestra Isla, por su rusticidad y fortaleza frente a plagas y enfermedades, esta planta ha sido el patrón preferido para los injertos de la toronja, la naranja dulce y el limón.