
Determinar cuáles plantas vamos a sembrar de acuerdo a las condiciones disponibles tiene su encanto, su pro y su contra. Todo está en conocer los requerimientos de aquellas enfocadas por nuestra preferencia. ¿Requieren sol directo o parcial, son apropiadas para el cultivo en interiores o de sombra? Ahí, en conocer sus demandas, está más de la mitad del camino a recorrer. Lo demás, es suelo, corrección del Ph, fertilización, riego y defensa contra plagas o enfermedades.
La dimensión de la parcela o vasija no determina tanto como la luz que reciben, el tiempo de exposición y la intensidad de la misma.
El solecito mañanero es preferible al intenso de la tarde, las plantas lo aprovechan mejor. Nutre y no daña. Por eso, córralas de lugar si es preciso, pero que no les falte el de las primeras horas, su despertar.
Un último detalle, aunque esta gráfica recoge a las orquídeas como “de sombra”, no es tan así, según nuestra experiencia personal y la de muchos floricultores cubanos. Las orquidáceas prefieren la semisombra, la luz tamizada, suave.
