Historia casi desconocida

El 17 de noviembre de 1997 comenzó la recuperación primera del balneario Santa Rita, en La Fe. Había estado fuera de servicios por más 30 años, desde que entrara en explotación la represa inmediata al poblado y sus aguas, al remansar, terminaron por sumergirlo.

El Santa Rita antes de comenzar su rescate en noviembre de 1997/ FOTO: Archivo de Termalismo

Entonces nadie estaba seguro de que sus componentes, después de tanto tiempo bajo otras tan contaminadas –desde entonces hasta hoy, a esta presa vierten las aguas negras de todo el poblado–, eran todavía utilizables. ¿Se habían apagado, perdido sus propiedades o estaban también contaminados?

Como los usuarios del antiguo balneario fueron siempre gente rica o extranjeros, sobre todo norteamericanos, el pueblo en el poder desconocía hasta lo esencial con respecto a esa medicina. La relación de padecimientos y enfermedades tratadas allí -según los panfletos consultables- era impresionante, tanto que motivaban a desconfiar.

Aquellas aguas, se sostenía con firmeza, curaban el asma, la gota, la condromalacia y casi todas las enfermedades de huesos, estómago, riñones, parálisis, hipocondría, alergias, impétigo, herpes y otras virales, así como de la piel, menos la pitiriasis versicolr o güito.

Cierto que el poblado se había asentado en este lugar precisamente para la explotación de tales aguas, fue la razón económica por la cual surgió Santa Fe, pero ¿se trataba solo de una historieta bien contada para atraer incautos o habría detrás algo en verdad sustancioso?

Entonces se publicó en este mismo periódico un extenso trabajo, en tres ediciones consecutivas y a plana completa, dando razón de estos elementos. Tres personas, con poder de decisión, se metieron de a lleno en la tarea de dilucidar la verdad. Eran un delegado recién electo, un director municipal de Salud Pública y un presidente del Poder Popular, a dos meses de asumir el cargo. Gente modesta que no agradecerían ahora se mencionaran sus nombres. Pero no estaríamos haciendo historia si no dijéramos que fueron José Ceballos, el doctor Aldo Muñoz y el también doctor Antelo. Ellos dieron el ejemplo de cuanto se puede lograr cuando prevalece la unidad y los recursos, siempre deficitarios, se trenzan para el logro de un objetivo común.

Aquel trío hizo posible dilucidar tantas incógnitas como hemos referido y rescatar un balneario con más de 150 años de curaciones casi “imposibles”. De ahí precisamente su nombre: Santa Rita, según el santoral católico: La Abogada de los Imposibles. Pero los tres resueltos hicieron más, habilitaron dos cubículos de ingreso, uno para mujeres y otro para hombres, en el antiguo hospitalito Comandante Andrés Cuevas, de La Fe. Allí se trataron con éxito un grupo significativo de afecciones vaginales y, bajo estrictas medidas de protocolo médico, se comprobó que las úlceras de pie diabético  también se curan con estas aguas, sin recurrir a ningún tratamiento doloroso o invasivo.

He contado esta historia, casi desconocida, porque es justo honrar a quien honor merece, sin importar la distancia en el tiempo. Y la detallé también para resaltar la importancia de la unidad, de cuánto se puede lograrse aun cuando los recursos no son abundantes. Valga, además, para interesar a quienes ponen en entredicho la intención de recuperar hoy tan emblemático sitio.

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Isla de la Juventud
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2 Replies to “Historia casi desconocida

  1. Es maravillosa esa noticia del balneario y de la historia del mismo. Hay algo que no me deja de asombrar de ustedes compañeros y amigos de la isla, es esa capacidad de iniciativa. Los abraza un argentino que los quiere y respeta. Antonio Yapur Colastiné Norte, Santa Fe, Argentina

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