
Foto: Wiltse Javier Peña Hijuelos
Parte del arroz que está en las bodegas tiene un color amarillento, diferente al habitual. Para conocer las causas visité las instalaciones procesadoras del cereal, en Nueva Gerona; descascaraban a plena capacidad. Allí fui atendido por un joven casi tocayo, Wilter Peña Ricard, director de la UEB Granos.
“La capacidad de los secaderos no es suficiente y el grano, al permanecer almacenado más de lo necesario, se mancha –explicó–. A pesar de ello tiene buen sabor, se cocina bien, cumple los demás requisitos y mantiene sus propiedades alimenticias.
“El secado depende de las condiciones de clima, como cualquier ropa lavada y puesta a secar: cuando la humedad relativa es mayor demora más en secar”.
A finales de año la lluvia fue persistente y no permitió trabajar en los secaderos al ritmo habitual, pero resultaba imprescindible cortar todo el arroz posible y salvarlo de cualquier modo, aunque se afectara su apariencia.
El último cosechado estuvo fuera de tal eventualidad. “Entró al proceso industrial con mejores condiciones de clima –concluyó Peña Ricard– y estuvo menos de 72 horas en almacén antes de recibir su primer sol. Son 357 toneladas (las últimas de esta zafra), con muy buena presencia y menos del 20 por ciento de granos partidos, un arroz de calidad”.
Muy buena aclaración, en verdad estuvimos mucha afectaciones por el agua y la humedad relativa muy alta, confiamos que la próxima cosecha esté mejor.