Acabamos de recoger la cosecha y tenemos un sobrante de productos que no vamos a consumir de inmediato e interesa conservarlos. Para tal propósito hay varias técnicas, algunas muy antiguas. En tales casos, se almacenaban a la sombra, en lugares secos y ventilados. Era común extender los frutos en camadas y poner entre una y otra el aislante que proporcionan, por ejemplo, el aserrín de maderas o la arena.

También se recurría a la deshidratación, para la cual se les rebanaba en capas delgadas y extendía al sol, protegidos de insectos y otros contaminantes por un paño tipo gasa o tela de mosquitero.
Variantes de estos métodos principales hay muchas. Todo depende de si el fruto continúa o no su proceso de maduración después de la recogida.
Algunos como la piña, que aun estando muy hechos o pintoneando, si los recoges antes de que estén maduros jamás lograrás consumirlos. Otros como los plátanos fruta, si no se anda ligero, se pudren en cuestión de horas; pero si fueran congelados estarán a plena disposición por el tiempo que sea necesario.
A continuación mostramos una decena de frutos y productos que pueden servir como referentes de familias vegetales, digamos que aquello provechoso para el melón de agua o sandía puede servir también para pepinos, calabacines y similares.