Este Día Mundial de la Diversidad Biológica con que la Organización de Naciones Unidas (Onu) designó cada 22 de mayo, nos motiva a reflexionar en qué más hacer desde la comunidad y colectivo para sensibilizar acerca de preservar las especies y toda su riqueza.
El llamado es más urgente a partir del Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático, conocido como Tarea Vida, aprobado por el Consejo de Ministros con un alcance y jerarquía sin precedentes.
Cada vida animal tiene su rol y con lo que hagamos para preservar esa variedad, estaremos cuidando la armonía medioambiental, la vida y el futuro, cada vez más amenazado.
Hoy nuestro clima es cada vez más cálido y extremo; se ha observado gran variabilidad en la actividad ciclónica, el régimen de lluvias ha cambiado e incrementa la frecuencia y extensión de las sequías, mientras las inundaciones costeras por la sobrelevación del mar y el oleaje, producidos por huracanes y otros eventos, representan mayor peligro debido a las afectaciones al patrimonio natural y el construido.
Son decisivas las acciones para que la población eleve la percepción del riesgo, sus conocimientos y la participación en el enfrentamiento.
Cualquier actividad en distintos lugares y sectores consume recursos naturales y genera impactos que afectan la diversidad biológica, por lo que todo esfuerzo por atenuar estos últimos y favorecer el óptimo empleo del agua y otros elementos, deviene obligación de familias y colectivos, así como de cada persona.
La biodiversidad es base para la vida y son esenciales los servicios de los ecosistemas, desde el sustento de las personas como la alimentación, hasta sus medios de vida y el desarrollo en todas las áreas, como la madera, la silvicultura, la pesca y el turismo.
Resultan tareas a favor de la biodiversidad las realizadas este fin de semana para la limpieza de barriadas y demás acciones de saneamiento, con las cuales se contribuye a la salud y bienestar.
Entre las acciones para contrarrestar afectaciones en zonas vulnerables, están no permitir construcciones de nuevas viviendas en asentamientos costeros, reducir las áreas de cultivo próximas al litoral o dañadas por la intrusión marina a los acuíferos subterráneos.
La Tarea Vida, expresión de la voluntad política de los cubanos en favor del pueblo, su presente y futuro, igualmente contempla asegurar la disponibilidad y uso eficiente del agua como parte del enfrentamiento a la sequía, dirigir la reforestación hacia la máxima protección de los suelos y las aguas, así como detener el deterioro de los arrecifes de coral, rehabilitarlos y conservarlos.
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