Vasto universo de Nicolás Guillén

Foto: Tomada de Internet

“¡Cómo no han de ser poetas, y de los más vigorosos, hombres como Maceo, que desata la invasión –gran poesía– y Fidel Castro, que pone en pie a un pueblo, y lo lanza a la conquista de su propio destino! Cada una de estas acciones no es solo tema para la poesía, es la poesía propiamente dicha”, escribe Nicolás Guillén en su texto Presencia de Rubén Martínez Villena, en el periódico Granma el 13 de julio de 1975.

Y continúa: “El enfrentamiento de Rubén a Machado, el de Fidel a Batista, y toda la larga lucha que se desprende de aquellos gestos son poemas antológicos que expresan dotes de carácter profundamente enraizadas en la épica universal, y pudieran ser estudiados como se estudian las grandes realizaciones literarias, hijas de la cultura y de la imaginación”.

Este es solo un ejemplo de la profunda admiración del Poeta Nacional por el Líder Histórico de la Revolución y los próceres de la Patria; su extraordinario amor a Cuba y su clara posición política.

El bardo camagüeyano nace el diez de julio de 1902 –hace 122 años–, crece en un entorno culto y, siendo niño, muestra vocación por la música que luego influye en su estilo al escribir.

Su padre dirige un periódico, él se hace cajista, suele llevar un diccionario en el bolsillo para memorizar el significado de las palabras. En su ciudad natal trabaja como redactor y llega, incluso, a ser director de varias publicaciones. Cuando le preguntan: ‘¿Profesión?’, responde: ‘Periodista’. Muchas de sus poesías salen de sus crónicas bellísimas con títulos geniales.

Lo caracterizan su sonrisa y sentido del humor. Suele andar por los barrios pobres de Camagüey, conocer el toque de los tambores batá; disfrutar de la rumba y los cantos religiosos orales, se nutre así de las más auténticas raíces afrocubanas.

En 1926 decide instalarse en La Habana, donde trabaja en la Secretaría de Gobernación. Allí se intensifican sus intereses literarios e intelectuales. Es la época en que conoce a Federico García Lorca, que había sido invitado por don Fernando Ortiz para impartir unas conferencias, y al gran poeta negro estadounidense Langston Hughes, cuya amistad e influencia resultan importantes para Guillén.

Figura como uno de los poetas más grandes del habla hispana y universal. La actividad literaria la comienza en el posmodernismo, aunque pronto su producción se inscribe dentro de la llamada línea realista de los múltiples vanguardismos cubanos, cultivando como ningún otro autor la llamada “poesía negra o afroantillana”, tendencia surgida en 1930 en las Antillas.

El autor de Motivos de son, Sóngoro cosongo, El son entero incorpora a la poesía los timbres rítmicos del son; amplia resonancia popular alcanza la musicalización de sus textos por Alejandro García Caturla y los Grenet; el grupo chileno Quilapayún graba la musicalización del poema La muralla, que también lo hacen los españoles Ana Belén y Víctor Manuel, entre muchos artistas cubanos y extranjeros.

Desde la fundación, en 1961, de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba es su presidente hasta su partida hacia su reposo eterno el 16 de julio de 1989, cuando tiene 87 años, pero aun sin su presencia física su obra monumental se renueva.

El Premio Nacional de Literatura 1983 es miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Como intelectual revolucionario representa al país en disímiles eventos internacionales; ofrece conferencias y recitales en diferentes partes del orbe.

Uno de sus más célebres poemas es el que concibe en homenaje a Ernesto Guevara de la Serna en octubre de 1967, a unos días de su caída en Bolivia, y lo lee ante más de un millón de cubanos que rinden homenaje al Che en la Plaza de la Revolución José Martí en la velada solemne efectuada el 18 de octubre de 1967.

Desde julio de 1922 se le ve en la urbe de su querido Camagüey con su habitual guayabera y en las manos una pluma y un pergamino; se erige Guillén en una estatua de bronce a tamaño natural. La obra la realiza la escultora Martha Jiménez en la Fundación Caguayo en Santiago de Cuba. La pieza representa a un caminante, en correspondencia con el gusto manifiesto del protagonista por recorrer las calles de su ciudad, a la que siempre vuelve con la mirada puesta en sus orígenes.

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Historia Isla de la Juventud
Mayra Lamotte Castillo
Mayra Lamotte Castillo

Licenciada en Periodismo en la Universidad de La Habana; tiene más de 40 años en la profesión.

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