Hoy intento contar a qué vino el (jefe del Estado Mayor del Ejército Rebelde) comandante Camilo Cienfuegos, el 17 de febrero de 1959, hace 66 años, a Isla de Pinos.

No todos los que de una forma u otra tuvieron que ver con el acontecimiento abundaron en la respuesta precisa.
Durante la lucha revolucionaria que libró el país, aquí se vivió al amparo de la Zona Franca… como si nada aconteciera. A Isla de Pinos venían a veranear Batista y sus más connotados personeros. Hasta asesinos como Casillas Lumpuy tenían aquí a sus familias o residencias veraniegas.
Las actividades de los pocos miembros con que contaba el MR-26-7 en Isla de Pinos estaban dirigidas –en lo fundamental– a dar apoyo y atención a los presos políticos y sus familiares. No al sabotaje ni a hostigar o ajusticiar a los sicarios del régimen, aunque las oportunidades eran sobradas.
Al no existir enfrentamiento armado, soldados y policías no tuvieron que reprimir a nadie, por eso sus manos no estaban manchadas con la tortura o la sangre de revolucionarios pineros.
I
Al triunfar la Revolución, una de las dos células del Movimiento Revolucionario 26 de Julio que existían ocupó la Alcaldía, la Escuadrilla Naval, la Policía y otras dependencias de interés.
La segunda reaccionó de manera tardía y las posiciones que ocupó no fueron de relevancia.
Como me contara uno de sus integrantes, y quien, además, tuvo actuación principal en el desencadenamiento posterior de los acontecimientos, eran jóvenes con escaso fogueo y muy permeados por la politiquería acostumbrada. En otras palabras, se sintieron desplazados del poder por los miembros de la primera célula y decidieron ponerla en entredicho, buscando revancha.
Uno de ellos fue a La Habana –según el primer alcalde revolucionario, Mariano Rives Pantoja, miembro de la primera célula–, hizo varias gestiones y finalmente habló por la emisora radial COCO diciendo que a Isla de Pinos no había llegado la Revolución. Aquí seguían –denunció– los mismos policías y guardias de siempre con sus armas y uniformes…

II
A corregir semejante despropósito vino el Héroe de Yaguajay al territorio pinero el 17 de febrero y aterrizó sin previo aviso. Llegó con los hombres de su escolta que cupieron en el avión. Y como no encuentra transporte atraviesa el monte, entra a Presidio por la Posta No.8 y sorprende a todos los que estaban en el Escuadrón Militar, revolucionarios y exsoldados…, juntos.
Par de meses después los miembros del Ejército Rebelde que de inmediato son asignados a esta isla ocupan las posiciones claves en la dirección del territorio.
Los integrantes de la primera célula que las ocuparon al principio –Mariano Rives Pantoja, entre otros– fueron relevados de sus funciones, pero estas no se traspasaron a los miembros de la segunda. Se imponía cortar por lo sano y poner a Isla de Pinos bajo el control de combatientes fogueados en la lucha armada, probados y de mayor madurez política.