
Enriquecerla con cuantos detalles o precisiones nos permitan perfilarla mejor. Crear los mecanismos para hacerla llegar a cada aula o tribuna. Los medios de difusión masiva como alternativa más promisoria en el momento actual.
Entrevistar al doctor Fabio Enrique Fernández Batista da la certeza inmediata de encontrarse frente a un investigador nato. Se desempeña como vicepresidente primero de la Unión Nacional de Historiadores y nos ha visitado en varias ocasiones, siempre en función de consolidar el trabajo de quienes promueven la memoria local.
Esta vez presidió un evento sustancial en el territorio, el Juan Colina La Rosa, que dio inicio aquí a la Jornada Nacional de Historia. Ocasión que permitió acercarnos a su quehacer y proyecciones personales.
Por tratarse de quien recorre el país con frecuencia y está al tanto de los aportes más recientes que destacan en las diferentes regiones, quisimos conocer sus consideraciones generales al terminar el evento que presidiera.
“Fueron más de veinte trabajos presentados y debatidos con rigor
–refirió–. En todos hubo algo que enriquece el conocimiento anterior. Eso es hacer historia. Basarla en la mayor fuente documental posible, interpretarla correctamente, darla a conocer, establecer los mecanismos para promocionarla y que se incorpore a la enseñanza en cada aula o tribuna. Así debe hacerse la historia que precisamos en estos momentos, no inventándola, sí enriqueciéndola con cuanto detalle nos permita perfilarla mejor. En tal sentido tiene suma relevancia el rescate de la historia local”.
En relación con la riqueza patrimonial de esta Isla, el doctor Fabio Enrique apuntó: “…hay mucho más de lo que uno pudiera imaginarse a distancia, viéndolos desde el contexto nacional. Uno se asombra de la variedad temática, de lo que están descubriendo, de las posibilidades testimoniales o de otros géneros, de acercar lo sucedido a la gente del barrio, a esos compatriotas siempre interesados en conocer mejor sus raíces”.
Nuestra conversación fue extensa, incluso sobre sus perspectivas personales como escritor. Un aspecto no podía quedar sin ser tratado, ¿la cooperación entre los medios de prensa y la Unión Nacional de Historiadores?
“No hay todavía un convenio establecido entre nosotros –precisó el vicepresidente primero–, pero las relaciones son buenas, fluidas y estables. Mucho nos ayudan en la divulgación de la historia, que es puro trabajo ideológico. Más ahora cuando enfrentamos serias limitaciones con el papel para imprimir cualquier texto. Pero todos los medios tienen una salida digital, sin limitaciones de espacio y con alcance internacional. Esa es la brecha mayor, y por ella debemos sacar cuanto nos sea posible por la vía impresa”.