Cuenta una vieja leyenda que Midas, rey de Asia Menor –entre 740 y 696 antes de nuestra era– impulsado por la codicia, rogó a Baco, dios del Vino: “Deseo que se convierta en oro todo lo que toque”.
Cuenta una vieja leyenda que Midas, rey de Asia Menor –entre 740 y 696 antes de nuestra era– impulsado por la codicia, rogó a Baco, dios del Vino: “Deseo que se convierta en oro todo lo que toque”.