Cuando las temperaturas suben, nuestro reloj biológico interno se ve obligado a cambiar de ritmo para mantenerse sincronizado con su ciclo de 24 horas: la actividad de los genes implicados, de hecho, cambia con aceleraciones y desaceleraciones que se repiten regularmente. Esto se descubrió, gracias a la física, en un estudio publicado en la revista […]