Despiertas ya sin alarmas, apenas al roce de un sonido o rayo de luz. Un nuevo día inicia al borde de un sollozo, que es desde el primer latido tu motor de arranque; ojitos tiernos que miran expectantes el nuevo mundo. Tú: su mundo.
Despiertas ya sin alarmas, apenas al roce de un sonido o rayo de luz. Un nuevo día inicia al borde de un sollozo, que es desde el primer latido tu motor de arranque; ojitos tiernos que miran expectantes el nuevo mundo. Tú: su mundo.