Yo escuché cuando dijo: “No Santa Bárbara… ¡La Bárbara!”, porque en ese momento no se le ocurrió: La Demajagua. Dijo “¡La Bárbara! Y nada de Santa Fe, sino ¡La Fe!”, así recuerda el cambio de nombres de estos dos poblados el escritor José Antonio Quintana Vega, uno de los tantos jóvenes que colmaban el recién […]