
Hace 30 años –julio de 1992– un estudio titulado Levantamiento y proyecto de saneamiento de los antiguos manantiales mineromedicinales…” destacaba que el volumen de los residuales líquidos vertidos al río Santa Fe era de 2 054 metros cúbicos diarios. Para llegar a tal determinación, Osvaldo Angulo Marrero y su equipo de investigadores –pertenecientes al Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos–dividieron el poblado en cuatro zonas contaminantes; y la del reparto Camilo Cienfuegos contribuía con el 65,19 por ciento del total.
Mas su contenido era tratado en una gran laguna de oxidación y las aguas del río discurrían en tan buenas condiciones que se continuaba, y con buenos resultados, el uso de los manantiales curativos dentro de su corriente: Ferroso, Magnesiano y Ojitos de Santa Lucía.
El costo del saneamiento propuesto era de 245 356 pesos, entonces.
La solución, además de los tratamientos puntuales a vertimientos no incluibles en el sistema, optaba por una tubería a lo largo de calle 14 y que desaguara en la presa Santa Fe. Depósito donde lo hacían –como hoy– el centro antiguo de La Fe y los repartos Ángel Alberto Galañena y Comandante Pinares.
Cito esto como referentes porque hoy enfrentamos la misma urgente contingencia: sanear el río inmediato al Balneario; solo que ahora tenemos un vertimiento mayor y las aguas negras de la antigua laguna de oxidación van al río sin tratamiento, los recursos son escasos y, sin embargo, hay que lograrlo. Queremos que una de nuestras más prometedoras fuentes de ingresos atraiga a un turismo de salud mayor, y resulta exigente en el cuidado del entorno.
Por eso, ya se cursó notificación oficial a los centros menores cuyos vertimientos no reciben tratamiento y se estudian las posibilidades de ligar a varios de ellos en la misma salida. Queda pendiente, porque demanda una solución más costosa, recuperar y ampliar el tratamiento para los residuales del reparto Camilo Cienfuegos.
Vale ejecutar lo previsto como de realización inmediata: sanear las márgenes del río en una acción comunitaria, como años atrás cuando se retiraron chatarra y envases.
De apenas kilómetro y medio es el tramo, parte del cual se conserva limpio por Servicios Comunales, entidades y parceleros colindantes.
El trabajo será cortar la hierba, eliminar arbustos y retirar la basura, que no es mucha, así como la generada por la próxima higienización.
En la parte más alta de las riveras, fuera del nivel adonde suben las crecidas, pocos árboles medianos deberán ser troceados y retirados a mano. Solo entonces sabremos si es preciso traer maquinaria pesada de la nación, para trabajo de mayor envergadura. Mas, no lo creo necesario.