Restauración y conservación de fuentes documentales irremplazables

La búsqueda y acceso a la información es la razón de ser del Archivo Histórico Municipal, y usted lo constata cuando precisa de sus servicios. Estos demandan todo un dilatado trabajo que comienza por la recepción de los documentos más diversos, su preservación, clasificado y ordenamiento en catálogo.

Parte del colectivo en su 54 aniversario. Zahily a la extrema derecha/ FOTO: Wiltse Javier Peña Hijuelos

El colectivo a cargo de conservar esta imprescindible memoria local -que ahora celera su 54 aniversario-, lo integran 14 técnicos y especialistas, encabezados por Zahily Licourt Amador, su directora.

Estudiantes, investigadores y público en general, encuentran allí “…información inmediata y sus referencias, certificación de documentos, reprografía (duplicado de imágenes y su digitalización) y copia de documentos, totales o parciales, con valor legal a cualquier instancia”

“Tenemos 25 fondos documentales, de diversas temáticas y periodos de la historia pinera -especifica Zahily, y agrega-: Van desde la Colonia hasta la actualidad. Entre los más consultados están donativos y remisiones, cárceles y prisiones, protocolos notariales,  y establecimientos, sociedades y compañías”

La mapoteca, nos hizo saber a continuación, atesora el documento más antiguo de este archivo: un mapa de 1831, a todo color, que refiere la proyección inicial de la Colonia Reina Amalia.

En la hemeroteca, “…tenemos la recopilación consecutiva del semanario Victoria, también periódicos anexionistas, en inglés, editados por colonos norteamericanos; la revista Bohemia, el Fígaro y varios ejemplares de el Heraldo Pinero, organizador de la Misión Patriótica que movilizara al país para lograr la ratificación del tratado cuyo centenario celebramos ahora”

Y en el fondo de biblioteca, “…muchas publicaciones relacionadas con la historia de la isla, el quehacer de los japoneses, Presidio Modelo, aguas minero medicinales, presencia de los colonos norteamericanos en la isla y su accionar contrario al Hay-Quesada”.

La conservación y restauración de estas fuentes irreemplazables demandan recursos e insumos específicos, que en la actualidad son muy deficitarios: cordel o hilo de encuadernar, agujas de diferentes longitudes y calibres, pinceles planos o de punta redonda, cartulina de Ph neutro, pegamentos especiales, papel vegetal transparente y otros. Todos sustituidos ahora por materiales alternativos, los cuales implican consecuencias imprevisibles.

Una realidad desfavorable que, adelanta su directora, este colectivo se propone tornar “…gestionando proyectos que nos permitan adquirir presupuesto para el mejoramiento tecnológico, materiales para la conservación y restauración, cajuelas para organizar los documentos… Pero, ante todo, está lograr la adecuada preparación de los técnicos y especialistas que les permita la elaboración correcta de esos  proyectos. Y en esto jugará un papel de primer orden, establecer la mayor vinculación posible con la Universidad”

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