
No era Margarita la señorita más hermosa, ni la dama más cotizada, pero sí el balandro perfecto para que deportados de la otrora Isla de Pinos intentaran tomar con el propósito de incorporarse a las gestas independentistas que se extendían por el occidente del país mientras corría el año 1896.
Fue el 11 de enero, cuando en aquel entonces los valerosos patriotas, con el grito mambí de “¡Viva Cuba libre!”, se lanzaron contra los españoles que cargaban el navío, portando solo una tijera, una navaja, un cortaplumas y un cuchillo, para zarpar a Pinar del Río, donde se encontraban los invasores liderados por el Lugarteniente General Antonio Maceo Grajales.
El hecho suma un mérito que a lo largo de la historia ha quedado plasmado en las huellas de esta hoy Isla de la Juventud, a la cual los jóvenes de las actuales generaciones han jurado defender al precio que sea necesario.
Con un simbólico acto a las márgenes del río Las Casas fueron rememorados los sucesos acontecidos en el río Júcaro, donde, además, pioneros de la escuela Josué País García se sumaron para homenajear también los 170 años del natalicio del Apóstol, cuyo ideario fue la guía de aquella gesta independentista.
A 127 años de la toma del Balandro Margarita, los pineros no olvidan un suceso estampado en la historia patria, que tal cual calificara Maceo, fue “la expedición más arriesgada que ha desembarcado, solo pueden realizarla niños o locos y los pueblos que tienen estos niños, deben ser libres”.
Participaron en la ceremonia de recordación, además, Yusdanka Rodríguez Fuentes, miembro del Buró Ejecutivo del Comité Municipal del Partido Comunista de Cuba aquí; Lissette González Almésigas, primera secretaria de la UJC; Inalvis Mazar Fernández, viceintendente; Enrique Hidalgo Bruzón, vicepresidente de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana; Mayor Abel Rodríguez Llanes, segundo jefe de Capitanía del Puerto; entre otros invitados.
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