Razón de vivir

Ellas son en sí mismas el cambio, mambisas de hoy que con energías insospechadas se sobreponen a los prejuicios y emprenden en continuo ascenso la obra creadora y nuevas formas de trabajo que edifican como dijera José Martí: “(…) con los pies hechos al mismo camino del hombre”.

Foto: Archivo

En cada rincón de Cuba el 23 de agosto estalla la alegría: en esa fecha de 1960 adquiere otra dimensión la palabra mujer.

Con aire renovador y mucha efervescencia se crea la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) al fusionarse las agrupaciones femeninas revolucionarias que hasta entonces existían en el país.

Vilma Espín Guillois (1930-2007) la funda –para agruparlas y lograr la igualdad y su participación en todos los frentes de la sociedad–, junto a Fidel Castro Ruz, quien ese día habla con las más bellas de sus palabras.

La eterna presidenta de esta organización de masa conduce el proceso de transformaciones de millones de féminas dedicadas la mayoría al cuidado de los hijos, el hogar, el esposo y la familia; queda atrás el patrón de conducta dominante de que el hombre es la figura de poder, el sostén de la familia o quien acomete las labores de “fuerza”.

Esa voluntad a favor de la inclusión y conseguir la igualdad y equidad de géneros recibe el respaldo de políticas públicas hasta nuestros días; de los primeros pasos dirigidos, entre otros asuntos, a la eliminación del oficio más antiguo del mundo, se pasa a fomentar el estudio y trabajo, lo cual posibilita que se tornen imprescindibles para el desarrollo de la nación, así como a la introducción del aborto en los servicios de Salud Pública y creación de los círculos infantiles.

Más tarde entra en vigor un Código de la Familia el ocho de marzo de 1975, pues el que estaba vigente en Cuba era del año 1888.

Por fortuna, muchos años después, tras la consulta popular y un proceso de democracia participativa se aprueba el nuevo Código de las Familias para el presente y el futuro: inclusivo, novedoso, moderno, que no quita derechos, al contrario, los amplía; fortalece la justicia social y es, al decir de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, primer secretario del Comité Central del Partido y presidente de la República de Cuba, la concreción de la máxima martiana: “Con todos y para el bien de todos”.

Hay también un reconocimiento de la igualdad de derechos en lo económico, político, cultural, social y familiar en la Constitución de la República de Cuba, ley fundamental del Estado.

Para las generaciones más jóvenes tal vez sea difícil comprender el sacrificio que costaron estas conquistas que hoy se perciben cotidianas y accesibles.

A los 64 años de su surgimiento, la FMC encara complejos retos y trata de dar respuesta a las expectativas de las afiliadas, al mantener un accionar permanente en defensa de sus legítimos intereses y derechos reproductivos, laborales, en el seno de la familia y la sociedad, a lo cual contribuye, sin dudas, el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres.

Cuando este 23 de agosto las lugareñas reciban el merecido homenaje por el impulso que imprimen en las tareas, su capacidad y talento, expresarán su sentir por la felicidad inmensa que les han proporcionado su familia, Vilma, Fidel, Raúl y la Revolución, que son su razón de vivir.

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Historia Isla de la Juventud
Mayra Lamotte Castillo
Mayra Lamotte Castillo

Licenciada en Periodismo en la Universidad de La Habana; tiene más de 40 años en la profesión.

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