Una persona de mi mayor afecto me ha escrito, muy alarmada, desde otra provincia: “¿Viste lo que se está publicando en las redes sociales? Tremenda revuelta. Díaz-Canel después de quitar la corriente a toda Cuba, está ahora amenazando al pueblo…”.
Respondí: ¿Leíste tú, con tus propios ojos, lo que dijo en realidad?
Y le invité a mirar en otra dirección, aunque siguiendo también a las redes sociales: Trump y Kamala Harris en un romance precioso, paseando cogidos de la mano, enternecida ella… Luego, el acaricia su vientre a punto del alumbramiento. Y, por último, Kamala cargando al retoño de ambos, un Trumpito precioso, rubio de cabello batido como su padre. Y el prepotente progenitor presuntuoso mirándolos satisfecho.
–¿Te lo creíste? Yo lo disfruté muchísimo…
–No, eso fue una creación de Inteligencia Artificial.
Ah, ya nos vamos entendiendo. No todo lo que se diga sobre Cuba tiene que ser rigurosamente cierto, ¿verdad? Mucho puede haber de montaje y ser un aborto de las peores inteligencias, no solo de la artificial.
Vayamos a otros tiempos, le invité. Un presidente cubano de la etapa
neocolonial, enfrentado a sus opositores y sin respaldo popular ninguno, dijo: “ A mí no me tumban con papelitos”.
¿Y al actual presidente cubano, que democráticamente tiene el respaldo inmensamente mayoritario del pueblo, más del 85%, lo van a tumbar con facebookcazos, por muy numerosos y detractores que sean?
No me parece.
Otro ejemplo, y este al más puro estilo del Lejano Oeste. ¿Recuerda al huracán Katrina, azotó varios estados y causó mayores estragos en New Orleans donde fallaron los diques y la ciudad quedó bajo las aguas durante semanas? Ocurrió a finales de agosto de 2005, dejó 1392 muertos y 652 desaparecidos. ¿Recuerda a los merodeadores rompiendo techos de viviendas para saquear y a las fuerzas armadas acordonando el área, fusil en ristre, desplegados para evitar el desvalijamiento y disuadir a tiros a quien no obedeciera sus órdenes?
Esto circuló por todas las televisoras del mundo, pero nadie quiso verlo como “una amenaza al pueblo” El gobierno cumplía con su obligación de salvaguardar la sacrosanta propiedad privada, no permitir hechos vandálicos y preservar el orden ciudadano… ¿dónde si no?… en los Estados Unidos.
Si ocurriera en Cuba, ese despliegue armado sería visto como uso desmedido de fuerza, amenaza al pueblo, a los derechos humanos y hasta a los derechos de perros, gatos y el resto de animalia.
Y es que por las actuales redes sociales, circulan hasta ratas de alcantarilla. Y las ocurrencias más fantásticas. Algunas divertidas. La semana pasada “apareció” el teléfono celular de Goliath, el gigante bíblico que David fulminara de una pedrada; por cierto, todavía en buen estado.
Las redes sociales… confunden y encabritan solo a quien quiere dejarse embaucar. A quien apetece creerlo todo, ese todo… contra Cuba.
Cualquier estado tiene el derecho y compromiso –según sus leyes– de preservar la tranquilidad ciudadana, a cómo de lugar. Y para ello movilizar a las fuerzas populares (en nuestro caso: cederistas, federadas o militantes de las organizaciones políticas), recurrir al acordonamiento de las áreas proclives a desmanes, decidir el toque de queda o la detención y encarcelamiento de los elementos desafectos que puedan producir disturbios o colaborar con el enemigo (no olvidar que Presidio Modelo fue, durante la Segunda Guerra Mundial, el campo de internamiento para alemanes, japoneses e italianos)
Y, por último, amigo mío, no diga más “me quitaron la corriente”. Nadie le ha quitado nada. No le asistieron porque no alcanzaba como para suministrarla a todos. Ningún presidente se auto derroca quitando un servicio de tal importancia si espera, al mismo tiempo, mantener la confianza y el respaldo popular a su gobierno.
