Aquella fue, como el propio Comandante en Jefe la definiera, una reunión para discutir los problemas de Isla de Pinos y proponer soluciones distintas. Comenzó en la mañana, al iniciar el recorrido que terminaría en Nueva Gerona, con el antiguo Ayuntamiento como escenario, frente al parque Lacret. Fue su primer encuentro masivo con el pueblo pinero, y terminó al filo del mediodía.

“Vine a estudiar –allí dijo Fidel– la situación concreta de Isla de Pinos, ver, observar y venir a hablar al pueblo”.
Algo más adelante, refirió que “…Isla de Pinos tiene cuatro grandes posibilidades. La primera de todas es turística. La segunda la ganadería. Tercera los cultivos. Y en último, otra de las necesidades es la industrialización de Isla de Pinos”.
En su estrategia no contaba negar lo realizado antes del triunfo revolucionario sino hacerlo fructificar en beneficio de la nación, las bases ya creadas.
El turismo era el legado más promisorio y por eso lo situó en punta, encabezando el nuevo plan de desarrollo, pero adecuando precios: “uno para el invierno y otro para el verano. Un turismo nacional que la gente pueda pagar. Mayor en invierno, para extranjeros”. Y rebaja también en los pasajes aéreos y marítimos, con tarifas que incentivaran la entrada de los nacionales en automóviles o transportes colectivos.
La ganadería, que disfrutaba las facilidades de importación animal creadas por la Zona Franca, ahora ocuparía esa misma posición, la segunda, sin tal prebenda, pero dando ocupación a más de mil trabajadores. “Vamos a crear en Isla de Pinos un Gran Centro Nacional de Cría de Ganado de Ceba, de ganado de carne, un Gran Centro Nacional”. Y a continuación indicó iniciar la siembra de 4 000 caballerías de pangola. Prepararlas demandaba unos 100 tractores y 50 buldócer, que entrarían al territorio en cuestión de un mes. Mientras tanto, era preciso seleccionar y adiestrar al personal que habría de operarlos.
En cuanto a la agricultura, explicó que aquí no sería conveniente repartir tierras a los campesinos, no les traería ventajas económicas “…en una tierra que no es muy fértil y donde hay que producir a base de mucho abono”.
La industrialización de Isla de Pinos, noestaba concebida en los planes anteriores, ahora ocuparía la cuarta posición. No como una opción inmediata, sino en la medida que el desarrollo alcanzado en las tres anteriores permitiera inversiones en un nuevo sector.
Luego, el Comandante en Jefe se refirió a otras problemáticas, entre las cuales destacó: la necesidad inmediata de generar puestos de trabajo, eliminar Presidio Modelo y el trabajo de los reclusos compitiendo con los asalariados pineros, problemas del hospital y abastecimiento de agua por acueducto, la carretera marítima, necesidad de preservar el entorno y aprovecharlo para fomentar la industria del cine.
Finalmente, y centrando la atención de su auditorio en las dos opciones principales, turismo y ganadería, Fidel destacó que estas podían “desarrollarse sin Zona Franca” tanto como la agricultura o la industrialización de Isla de Pinos. Y marcó una pauta, todo plan que se haga “tiene que ser sobre la política revolucionaria del Gobierno, de protección a los productores del país y de independencia económica”.
Los pineros, así integrados al resto del país, ya no serían servidores de ningún interés extraño. Tenían muy reciente un mal recuerdo, de apenas unos 30 años atrás, cuando no se les permitía entrar a ninguna residencia de colonos norteamericanos. Entonces eran repudiados, y se sentían extranjeros en su propia tierra.
Por eso, y por las perspectivas de aquella otra vida que ahora les traía Fidel, cuando preguntó: “…quiero que todos los que estén de acuerdo en que se suprima la Zona Franca, que levanten la mano…”, ni una sola dejó de levantarse.