Hay una detonación inicial cerca de las tres de la tarde, suena la sirena y la gente corre a prestar los primeros auxilios. Luego ocurre un segundo estallido en medio de las labores de rescate que causa la mayor cantidad de víctimas.

Es la explosión en el puerto de La Habana del vapor francés La Coubre cuando su dotación descarga fusiles, granadas y municiones comprados en Bélgica por el gobierno de Cuba, para la defensa del país.
La origina un sabotaje que estremece la ciudad el cuatro de marzo de 1960, y ocasiona la muerte de 101 personas –entre ellas seis tripulantes franceses–, más de 400 resultan heridas, 34 desaparecidas y 82 niños quedan sin padre, según fuentes documentales.
Escalofriante es el panorama: humo y llamaradas salen de la popa del navío convertida en amasijo de retorcidos hierros…, cuatro hombres cargan una de las víctimas…, el suelo se cubre de cuerpos mutilados, brazos, piernas y sangre.
Antes de la llegada del carguero, miembros de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense colocan los petardos en el armamento que se activan al retirarse la carga.
Tan pronto sienten las detonaciones Fidel, Almeida, Che y otras autoridades se funden con socorristas, trabajadores, grupos de rescate y salvamento, soldados, bomberos y pueblo en general para atender a las víctimas, recoger los escombros y asistir a la población de los alrededores que vive la odisea.
Al día siguiente (5 de marzo), en el sepelio al despedir el duelo de las víctimas del monstruoso atentado ante la multitud reunida en la capitalina esquina de 23 y 12, en el Vedado, Fidel Castro Ruz explica los hechos.
Hasta ese momento, es el mayor atentado terrorista perpetrado por Estados Unidos contra la Revolución cubana, la cual ya está asediada política, diplomática y económicamente por los yanquis.
El pueblo respalda al Líder Histórico cuando pronuncia por primera vez la consigna de ¡Patria o muerte!, que acompaña al proceso revolucionario hasta la actualidad.
A 65 años del horripilante hecho todavía duele, así comienza la guerra sucia contra Cuba y otras miles de agresiones. Ayer como hoy y siempre, ¡Patria o muerte! ¡Venceremos!, es la respuesta de los cubanos para enfrentar al precio que sea necesario cualquier zarpazo enemigo y luchar por mantener la soberanía de la Patria.
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