Para que los recursos rindan

El control interno es una estrategia a largo plazo –dicho del modo más sucinto– elaborada por los directivos de un centro, empresa o entidad con el objetivo de prever las debilidades del sistema, o sea, por donde pueden escaparse los recursos que le son asignados para lograr su objeto social. Se redacta en forma de plan general y, en el mismo, a cada vulnerabilidad se contrapone la medida correspondiente, aquella que como un parche salve la situación.
Para elaborarlo se toman en cuenta regulaciones, instructivos y normas que corresponden a dicho sector.
En nuestro territorio, y hasta el 31 de este mes, se efectúa una auditoría a la Empresa Agroalimentaria. Verifica si es adecuado su programa de control interno y si se ejecuta de manera correcta. Esta empresa centra o nuclea a otras cinco entidades que le están subordinadas y es vital, en conjunto, para el aseguramiento alimenticio del territorio.
La comprobación es minuciosa. Revisa desde la entrada de la materia prima –sin cargos, recargos, disminuciones o agregados– hasta el volumen correspondiente de producción lograda y su destino final o comercialización.
Puestos en lugar de los auditados, no resulta una posición cómoda. Lo que en muchas ocasiones se ha bregado bajo condiciones difíciles, con mucha presión, ahora puede ser cuestionado sin prisas por un equipo de expertos que vienen preocupados por dónde, cómo o cuándo no estuvimos a la altura de las circunstancias.
La situación resulta menos tensa si la empresa auditada se “curó en salud” y aplicó la guía de autocontrol, la famosa auditoría estratégica, y puede presentar a los auditores una panorámica de cómo se autoevaluaron, guía concebida para que las propias entidades saquen a la luz sus deficiencias y adopten a tiempo medidas para enmendarlas.
En adición a lo anterior, vale decir que la auditoría en proceso no busca sancionar, no es ese su objetivo principal, sino dar ayuda metodológica, mejorar el programa de control interno y que los recursos rindan todo cuanto deban rendir. La rige el principio martiano de que en prevenir está todo el arte de salvar.
Pero nadie confunda los términos. Con los recursos del pueblo no se juega ni a nadie se permite sean desaprovechados; de existir un hallazgo, o sea, una malversación, un desvío o despilfarro, se informa de inmediato al nivel superior. Y a finales de este mes, en la etapa final de trabajo, se profundiza y cuantifican los daños así como la determinación de responsabilidades.
La comprobación reseñada tiene como objetivo final, entre otros, brindar información fiel sobre por dónde transita la economía de las entidades auditadas, su perfeccionamiento como parte del sistema empresarial y el cumplimiento de las medidas que deben cumplirse dentro del sistema estatal socialista.
Incluye, además, cómo va la producción, en qué se puede trabajar mejor y la aplicación del control interno en las propias entidades. Esta información resulta básica para la toma de decisiones, a nivel de país, en las diferentes esferas o ministerios.

 

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