Para ganar a pensamiento

El tiempo desdibuja los trazos y colores en cualquier obra de arte, aunque saliera de pincel maestro; con los héroes puede ocurrir lo mismo, distanciarlos y situarlos en otra dimensión, sin vida ni calor. Y contra ese inexorable borrar del tiempo hay que tener mucho cuidado o nos quedamos sin entender cómo seguir por no tener bien claro de dónde venimos ni cuánto o a quienes debemos agradecer.

Lo cotidiano de hoy –aun permeado por las carencias de un bloqueo empirañado– no siempre fue así, aunque lo parezca. Por eso resulta impostergable recordar. Hubo que ganarlo y costó muchas vidas cercenadas en plena juventud, demasiadas.

Más todavía, es preciso revivirlo, hacerlo vibrar ahora cuando existen las redes sociales –antisociales deberían nombrarse en muchos casos– y a través de ellas son bombardeados con distorsiones y falsedades nuestros sectores más influenciables: los niños, adolescentes y jóvenes.

El enemigo destina millones a pagar sus mejores tanques pensantes para que nos ablanden la mente. Ocupar el territorio cubano, con una población desmemoriada, será fácil; así piensan. Incluso lo han ensayado en otras partes y les salió bien, desmoronando algo tan aparentemente sólido como el bloque socialista en Europa del este.

A contrarrestar esa estrategia centró los debates la reciente asamblea de los historiadores pineros, agrupados en la Unión de Historiadores de Cuba (Unhic). Allí se debatió con amplitud cómo llevar a las aulas nuestro glorioso pasado, y enriquecerlo con la presencia de quienes conviven con nosotros, participantes, en muchos casos, de gestas tan heroicas y cercanas como la Lucha contra Bandidos, la batalla de Playa Girón frente a los mercenarios o el enfrentamiento a la covid 19.

En tal sentido, “debemos formar más profesores de Historia”, fue el consenso general. Y a la captación de los nuevos docentes apuntará la formación local desde la primera enseñanza, a partir de los círculos de interés y otras maneras de atraer.

La filial pinera del Instituto Cubano del Libro puede y debe, según se remarcó, incrementar sus publicaciones históricas. La población demanda esa literatura y disponer de ella facilita la investigación posterior, contribuye a divulgar los nuevos conocimientos y refuerza la enseñanza y lo que atesora cada lugar.

Esta Isla, más que cualquier otra parte del territorio nacional, estuvo a punto de ser arrebatada por los estadounidenses en traje de colonos. Los pineros no lo quisieron ni lo permitieron. Este sentimiento arraigado de ancestral cubanidad y las luchas que hicieron posible ganar aquella contienda deben conocerse mejor y convertirse en un monumento que eternice, en su centenario, la ratificación del tratado que devolvió a los isleños la soberanía patria.

“La historia marca el camino”, preciso en sus palabras de clausura la miembro del Comité Central del Partido Comunista y su primera secretaria aquí, Zunilda García Garcés.

“Ella constituye un arma, no debemos olvidarlo”, así lo reflexionaba la también diputada al Parlamento. Un arma poderosa para enfrentar la guerra ideológica que nos hace el enemigo imperial con medios técnicos muy poderosos y de última generación. Con ellos pretenden desmontárnosla, tergiversarla a su conveniencia, cambiarla.

Con anterioridad, el Comandante en Jefe Fidel, parafraseando a José Martí, indicó la estrategia pertinente para enfrentar tal contienda a largo plazo: “A pensamiento es la guerra que se nos hace, ganémosla a pensamiento”.

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