Más de 150 conejos para fomentar su cría (+Fotos)

El Centro Multiplicador Cunícula de la Isla ya cuenta con 123 reproductoras y 29 machos de cinco razas. Foto: Gerardo Mayet Cruz

Un total de 152 conejos (123 reproductoras y 29 machos) ya pueblan el Centro Multiplicador Cunícula perteneciente a la Empresa Ganadera, enclavado un poco más allá del consejo popular José Martí (Patria), en un paraje rodeado de naturaleza donde se respira la tranquilad que necesitan para desarrollarse.

Roberto Diego señala que la intención es llegar a las 200 reproductoras. Foto: Gerardo Mayet Cruz

Según nos cuenta Roberto Diego Martín González, administrador del establecimiento, allí reproducirán los ejemplares destinados a los módulos pecuarios y productores del sector campesino, con el fin de fomentar la especie y diversificar las opciones de proteínas.

Ubicados en una de las dos naves con que cuenta hoy esa instalación, los conejos arribaron al Municipio procedentes de La Habana y luego de transitar por el centro de cuarentena fueron recibidos en su actual localización.

Llegaron de cinco razas: chinchilla, pardo cubano, semigigante, california y neozelandés. “Ahora vamos a montar la otra nave para separarlos por especies –señaló Martín González–, una hilera para cada raza, las cuales estarán bien identificadas.

“La intención aquí es llegar a las 200 reproductoras, pues con esa cantidad aseguraremos un ciclo de reproducción. Podemos empezar a gestar 100 conejas y dejar 100 en reserva, cuando las que están gestadas den a luz procedemos con las otra; así establecemos un ciclo y damos descanso a los animales.

“Se reproducirán cada cual con su especie, ya después que tengamos la masa genética y una cantidad importante de animales con todos los módulos pecuarios completos empezaríamos a hacer los cruces para buscar mayor volumen de peso y tamaño. Por ejemplo: el pardo cubano con el chinchilla; el primero es muy bueno en leche y el segundo es mejor en carne, ese cruce dará más masa corporal, tamaño y volumen de carne”.

Sobre el ciclo de reproducción Roberto Diego explicó que la hembra pare a los 30 o 35 días, a los 45 de nacidos destetan a los gazapos (así llaman a los recién nacidos), los separaran de su madre y ya la hembra está lista para ser montada de nuevo por el macho.

“Tenemos una jaula doble por coneja. Tras el destete trasladamos a la madre hacia la otra jaula al lado; dejamos solos a los gazapos, pero continúan con el olor de la madre cerca y no se atrasan.

“Cuando los pequeños alcanzan las 2,5 libras de peso separamos las hembras de los machos, incluso las hembras pueden permanecer juntas dos o tres meses más hasta que adquieran un tamaño superior, mientras los machos sí requieren estar alejados unos de otros porque pelean entre ellos”.

En ese enclave apuntó el administrador poseen alrededor de cinco hectáreas de tierra para la producción de alimento animal. Tienen plantados caña y kinggrass, mientras siembran morera y tithonia.

“Alimentamos a los animales dos veces al día, por la mañana se les proporciona el 70 por ciento del pienso diario,70 gramos (g) a cada conejo, mientras en la tarde les suministramos los restantes 30 g de pienso más la hierba”.

Todas las mañanas se limpia la nave y cada 15 días baldean con el propósito de evitar la humedad, muy dañina para este mamífero de orejas largas. Barren toda el área, recogen las excretas, retiran la hierba que cae al suelo y sacuden las jaulas. De la custodia de las naves se encarga un trabajador que reside justo al lado.

No es un trabajo fácil, así lo describen los demás integrantes de ese colectivo, quienes llegan cerca de las seis de la mañana y afirman que cuando estén las dos naves multiplicarán la faena.

“Pretendemos constituir un colectivo laboral –continuó el hombre al frente de la actividad– porque precisaremos de más hombres cuando tengamos mayor producción. Queremos llegar hasta siete compañeros para mantener los animales y todas las áreas.

“Los conejos son una especie que necesita dedicación, tienes que estar encima de ellos, revisándoles las orejas, que no tengan sarna ni arañazos, son muy sensibles, dóciles y se estresan rápido. Para trabajar aquí tiene que gustarte, quererlos, si no es así no adelantamos. Desde que arribaron acá no tenemos muertes”.

Destacó que los conejos están vacunados e identificó a la coccidiosis como el mayor problema, que incluso podría provocarles la muerte. Es un parásito que puede agarrarse en los recipientes destinados a servirles el agua, por lo cual a diario –además de cambiarles el líquido– lavan las vasijas.

A pesar de que ya cuentan con dos naves, una ocupada y la otra casi lista, aún no concluyen las labores de construcción. Hoy están inmersos en la edificación de la losa sanitaria, local que será destinado al sacrificio de los machos y donde serán empaquetados y almacenados en refrigeración para la posterior venta a trabajadores, organismos o población, según se demande.

De igual manera está casi listo el edificio socioadministrativo donde estarán situados la dirección, el almacén, los locales para el cambio de vestuario y el baño.

“Debemos crecer con dos naves más, porque cuando estas 123 hembras comiencen a reproducirse, imagínese que cada una para cinco gazapos, lo que tenemos hoy no alcanzará para ubicarlos.

“El conejo se alimenta de hierba, pienso y agua. Su carne se produce fácil y es codiciada, el turismo la demanda. Tiene buen sabor, es carne fina, baja en grasas, con alto contenido de nutrientes, recomendada para reducir el colesterol”, aseguró.

Constituye una de las alternativas para garantizar los cinco kilogramos de proteínas per cápita en el autoabastecimiento territorial, como parte de la soberanía alimentaria que hoy es prioridad en la nación; y como expresara Martín, llegará el momento que en la Isla exista la suficiente para disfrutarla.

A diario se limpian los recipientes del agua para evitar enfermedades. Foto: Gerardo Mayet Cruz
Se trabaja en la terminación de la losa sanitaria. Foto: Gerardo Mayet Cruz
Preparan la tierra para la siembra de 1 200 plantas de tithonia.

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Isla de la Juventud
Yuniesky La Rosa Pérez
Yuniesky La Rosa Pérez

Licenciado en Comunicación Social en la universidad Jesús Montané Oropesa, Isla de la Juventud

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