Lázaro Peña, inmenso

Foto: Tomada de Internet

Cuánto orgullo sentiría el inmenso Capitán de la Clase Obrera –apelativo puesto por el líder histórico Fidel Castro Ruz– si pudiera contemplar cómo  mujeres y hombres de todas las generaciones han puesto el pecho para seguir transformando el terruño, ensuflarle mayor vitalidad, alcanzar una recuperación económica gradual y obtener la sede del acto nacional por el 26 de Julio, el próximo año.

Honrar honra. Y, precisamente, esa es la mejor manera de recordar y agradecer a Lázaro Peña González, eterno defensor de los intereses y conquistas de los trabajadores, al cumplirse 49 años de su partida física el 11 de marzo de 1974, a consecuencias de una penosa enfermedad.

Los pineros acometen las tareas con igual constancia que lo hizo Lázaro Peña cuando sumido en la pobreza y la discriminación racial por su piel negra dirigió al proletariado en su lucha contra la opresión capitalista.

Nació en la barriada habanera de Los Sitios y al ser golpeado por la vida cuando quedó huérfano de padre a los diez años, estuvo obligado a dejar la escuela pública para buscar trabajo  y así  ayudar a sostener la familia.

Quedó atrás su sueño infantil de convertirse en violinista y se adentró en la albañilería y plomería hasta que visitó una fábrica de tabacos, por la influencia de la mamá que era despalilladora.

Una singular atracción ejercieron en el jovencito las lecturas de tabaquería. Resultaba una práctica cultural muy arraigada en ese sector y le posibilitó, debido a su empeño y fascinación por los libros, ampliar sus conocimientos y adquirir un buen acervo cultural, que a partir de entonces nunca dejó de enriquecer durante toda su vida.

Desde muy joven sus compañeros lo eligieron para diversos cargos debido a sus cualidades morales, humanas, inteligencia y talento innato para presidir asambleas y dirigir debates.

Las luchas contra la dictadura de Gerardo Machado lo foguearon al participar en huelgas y mítines para exigir mejores salarios y derechos laborales.

Comenzó a ver el nexo entre las injusticias y crímenes del machadato y los designios imperiales de Estados Unidos. Su visión antimperialista nació en esas batallas.

En 1934, cuando ya era miembro del Comité Central del primer Partido Comunista, lo eligieron secretario general del Sindicato de los Tabaqueros y miembro del Comité Ejecutivo de la Confederación Nacional Obrera de Cuba.

Centró también su quehacer  en formar cuadros sindicales que fueran ejemplo, entre otros: Jesús Menéndez Larrondo, Aracelio Iglesias Díaz, Miguel Fernández Roig, Juan Taquechel López y  Ursinio Rojas Santiesteban,  en unión de quienes en enero de 1939 crearon la Central de Trabajadores de Cuba y resultó electo para encabezar la combativa organización.

Persecución, encarcelamientos y calumnias fueron enfrentados con valentía y patriotismo por el dirigente obrero.

Ya en 1945, participó en la fundación de la Federación Sindical Mundial  de la cual fue parte de su ejecutivo, al ocupar una de sus vicepresidencias y ser también su secretario.

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Historia Isla de la Juventud
Mayra Lamotte Castillo
Mayra Lamotte Castillo

Licenciada en Periodismo en la Universidad de La Habana; tiene más de 40 años en la profesión.

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