Juan Manuel Márquez, pluma en ristre y fusil

FOTO: Archivo

Su madre Juana María es maestra, le inculca hábitos de lectura y lo anima a enriquecer su acervo cultural, mientras que Julián, el padre, es torcedor de tabaco y le crea un sentido obrero de las relaciones humanas y sociales.

Juan Manuel Márquez Rodríguez empieza la enseñanza Primaria en una escuela pública de Punta Brava, y en 1928, con 13 años, al trasladarse con su familia a vivir en Marianao ingresa en la Academia Agramonte, donde la termina.

Allí, se nutre de la sapiencia del propietario y educador Pelayo Alfonso Cordero gran defensor de las ideas martianas. Continúa los estudios en el Instituto de Segunda Enseñanza hasta graduarse de Bachiller en Ciencias y Letras.

Desarrolla buena parte de su vida política en Marianao donde lo reconocen como patriota insigne de dicho territorio, aunque su quehacer trasciende los límites locales y alcanza dimensión nacional.

Por sus labores conspirativas, el ocho de abril de 1932, lo detienen y conducen al Reclusorio Nacional para Hombres de Isla Pinos, hoy Isla de la Juventud, siendo con 17 años el más joven de todos los presos políticos. Cuando ya resulta inminente el derrumbe de la dictadura de Gerardo Machado, lo ponen en libertad.

Al caer el Asno con Garras, la reacción interna –en contubernio con el imperialismo yanqui– trata de frustrar el fervor revolucionario del pueblo. Márquez Rodríguez está entre quienes no se dejan frenar y asume la secretaría general del Sector Radical Estudiantil.

Por segunda vez, el 13 de marzo de 1936, lo arrestan y envían a la cárcel de Isla de Pinos con una sentencia de ocho años de reclusión, y en virtud de una ley de amnistía lo excarcelan al cierre de diciembre de 1937.

A partir del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, el 26 de julio de 1953, se hace más encarnizada la persecución a Márquez, a pesar de que el joven periodista no está entre los asaltantes.

El 15 de mayo de 1955, la presión popular logra la excarcelación de Fidel Castro Ruz y el resto de los Moncadistas.

En horas de la noche del cinco de junio, los sicarios del régimen prenden a Juan Manuel y le propinan una brutal golpiza.

Fidel Castro Ruz, desde las páginas del Diario La Calle, denuncia el atropello: “Me duele en la propia carne los golpes que le dieron a Juan Manuel Márquez, porque como dijo Martí: en la mejilla de todo hombre honrado se ha de sentir la bofetada que recibe cualquier mejilla de hombre”.

La tarde del siete de junio de 1955, Juan Manuel recibe la visita de Fidel Castro Ruz en la Clínica Santa Emilia, donde lo ingresan como consecuencia de las lesiones.

Pleno resulta el entendimiento entre los dos revolucionarios. Tanto, que el 12 de junio, al crearse la Dirección Nacional del Movimiento Revolucionario 26 de Julio, nombran a Márquez segundo jefe de la organización.

Juan Manuel, inmerso en la misión de recaudar fondos para adquirir armas y equipos de guerra, trabaja intensamente con los emigrados. También, junto a Fidel, participa en la búsqueda y selección de los lugares para el alojamiento y el entrenamiento de los futuros expedicionarios. Sus múltiples ocupaciones como segundo jefe, no le impiden participar activamente en el riguroso entrenamiento militar al que se someten todos.

Entre los días 21 y 23 de julio de 1956, a causa de una delación, la policía federal mexicana realiza un operativo para detener a Fidel Castro. Los agentes policiales allanan casi todas las casas que guardaban armas. Solo Juan Manuel Márquez, Raúl Castro y Héctor Almada logran escapar de la redada.

Los planes para la expedición se aceleran, aunque aún los revolucionarios han de enfrentar serios obstáculos antes de que el Granma pueda zarpar de Tuxpan para cumplir la palabra empeñada. Juan Manuel exclama: “¡Qué difícil se hace para nosotros ir a morir por Cuba!”

El dos de diciembre de 1956, el Granma toca suelo cubano. Los 82 tripulantes exhaustos por la larga travesía y el mal tiempo, tienen ante sí las dificultades del desembarco en una zona de pantanos y manglares.

Al ser sorprendidos por las fuerzas de la tiranía y luego de disparar todas sus balas para cubrir la retirada de sus compañeros, el segundo al mando deambula por inhóspitos parajes acosado por el hambre y la sed. Juan Manuel no consigue hallar el camino hacia la Sierra Maestra. Perseguido con saña por las huestes del dictador,

asesinan a Juan Manuel Márquez, cuya muerte heroica ocurre el 15 de diciembre de 1956, a los 41 años.

El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en una entrevista concedida en ocasión del aniversario 40 del desembarco del Granma, recuerda a quien fuera segundo al mando en la histórica expedición:

“Juan Manuel Márquez era un muchacho muy bueno, era del partido Ortodoxo, un orador brillante, y como cuando nosotros salimos de las prisiones teníamos la idea de ampliar el Movimiento con nuevas figuras, reunimos a los que habíamos estado en el 26 de Julio con algunas otras organizaciones –así algunos compañeros se unieron en ese equipo–, y para nosotros era muy importante contar con una figura del prestigio de Juan Manuel. Entonces, hablamos con él, lo captamos, y lo ganamos, pero de una manera decidida (…)”

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Mayra Lamotte Castillo
Mayra Lamotte Castillo

Licenciada en Periodismo en la Universidad de La Habana; tiene más de 40 años en la profesión.

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