El joven abogado Fidel Castro Ruz desde el portal del Ayuntamiento –hoy Museo Municipal– habla con elocuencia y visión futurista a los pineros congregados en el parque José Lacret Morlot, nombre dado en honor al general mambí.

Llenos de júbilo están los lugareños al ver a los barbudos y al Líder Rebelde, lo cual significa la llegada de la Caravana de la Libertad a la segunda ínsula del archipiélago cubano, a pocos meses del triunfo.
Consta en la bibliografía consultada que los días seis y siete de junio de 1959 Fidel realiza su primera visita al territorio tras la victoria definitiva de la Revolución.
El seis, el avión que lo conduce aterriza en el aeropuerto de la Siguanea cercano al hotel Colony; lo recorre e intercambia con los trabajadores. Durante su trayecto por la Isla, acompañado de Celia Sánchez Manduley, Antonio Núñez Jiménez y un grupo de combatientes, aprecia la belleza, recursos y potencialidades locales que se pueden poner en función del desarrollo del terruño y el bienestar de los pobladores con quienes dialoga a su paso.
Al otro día, el siete de junio, desde el Ayuntamiento pronuncia un histórico discurso y le expresa al pueblo: “Por fin, Isla de Pinos puede iniciar una historia nueva y una historia enteramente cubana…”.
Le presenta al auditorio el primer Plan Mínimo para la Rehabilitación Económico Social de Isla de Pinos. En su contenido figura la eliminación de la Zona Franca y Turística Especial –medida hecha efectiva al otro día– con la que se pone fin al sucio estatus creado por el dictador Fulgencio Batista para encubrir el negocio con la mafia neoyorkina.
También aparecen entre las tareas propuestas en el Plan: la construcción de la carretera de La Fe hasta el Sur incomunicado y las rebajas del costo de los pasajes marítimo y aéreo aplicadas con urgencia.
Otras indicaciones son: el vertiginoso fomento de planes ganaderos y granjas del pueblo en los latifundios intervenidos, la construcción del acueducto y alcantarillado de Nueva Gerona y La Fe, el desarrollo de la agricultura, el turismo, la edificación de viviendas, industrias, presas, escuelas, el adelanto de la tecnología, la creación de empleos, el traslado del Reclusorio Nacional para Hombres, convertido luego en un politécnico agropecuario.
Los pineros respaldan al Máximo Líder en su intervención, pues encuentran una respuesta a sus necesidades y aspiraciones.
Empieza una nueva etapa para la olvidada Isla de Pinos. Una y otra vez el Comandante en Jefe vuelve al territorio para chequear la estrategia diseñada, la cual alcanza gran impulso con el arribo de miles de jóvenes de toda Cuba.
Este primer programa integral, sin precedente, esbozado por Fidel aquí hace 66 años, tiene continuidad y cobra vigencia con el afán de los pineros del rescate de la economía, el incremento de la producción de alimentos y potenciar la ciencia, la innovación y la comunicación, todos muy unidos.
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