
Dos nuevas opciones de ahorro, vacaciones y jubilación, con los mayores beneficios por tasas de interé.
Incrementar los ahorros para las próximas vacaciones o jubilarse con fondos acrecentados son dos nuevas opciones que promueve el Banco Popular de Ahorro (BPA); disponibles mediante descuentos mensuales desde nóminas de salarios, a solicitud del cliente o del propio centro de pago.
“Son cuentas muy interesantes –asegura Luis Enrique Rodríguez Pantoja, director de la sucursal 8962 del BPA en La Fe–, están concebidas para que los clientes puedan ahorrar de manera fácil y su dinero crezca en correspondencia con sus proyectos personales”.
En tal sentido, la persona pacta con el banco un plazo determinado que puede ser desde tres meses hasta seis años.
“Si es para vacaciones –precisa Luis Enrique-, la tasa de interés a ganar es del cuatro por ciento; en las cuentas para jubilación la ganancia sube hasta un siete por ciento”.
En ambos casos, si el cliente tuviera la necesidad de desligarse de tal pacto –por cualquier contingencia personal–, cuando así lo decida puede cerrar su cuenta o disminuirla hasta la cuantía que le sea más conveniente.
“Nuestra sucursal en La Fe –continúa su director–, tiene un Especialista Comercial (Gestor de Negocios), quien a solicitud del cliente le explica en detalle las mejores formas de ahorrar, según su conveniencia, posibilidades y expectativas”.
Tanto las cuentas por jubilación como las destinadas a cubrir vacaciones están montadas sobre soporte magnético y tienen por objetivo facilitar el comercio electrónico, tendencia que nuestro entrevistado explicó: “Vivimos un contexto de cambios y dentro de estos nuestra sociedad moderniza los sistemas de pago. El hombre moderno tiene tarjeta magnética, usa menos el efectivo y paga por transferencias, por canales de pago. Por ello tenemos que estar como decía José Martí, a la altura de los tiempos”.
Las opciones, hasta ahora, no son pocas: van desde banca remota, Transfermóvil, código QR, Enzona, pagos por cajero automático, en ventanillas o a través de aplicaciones como Viajero, y continúan incrementándose.
Sin embargo, la antigua costumbre de la billetera en el bolsillo y la seguridad de tener su dinero a mano en el momento preciso, sin la posible falla de un cajero automático, continúa aferrándonos a un pasado que cada vez se desdibuja más en el mundo actual. “Y esto incide de tal forma que productos bancarios tan atractivos como los diseñados para vacaciones o jubilación –concluye Rodríguez Pantoja– todavía no tengan la demanda que ameritan por sus altas tasas de interés. Resta insistir en sus bondades, por todos los medios, hasta lograr su mayor divulgación, conocimiento y utilización”.