Puestos a delimitar huertos o parcelas, importa tomar en cuenta los frutales que convendrían plantar para mayor fortaleza de las cercas, capaces de servir como setos o barrera vivas. Un método doblemente eficaz y barato –pues aporta también alimentos– de protegernos contra los animales que merodean por la zona.

En tal sentido, destaca el marañón. Su selección garantiza que, además del uso práctico, se fortalezca nuestro organismo ya que contiene grandes cantidades de vitamina C y múltiples usos medicinales. La cocción de su corteza y hojas, en forma de infusión, resultan ideales para tratar cólicos estomacales, inflamaciones, insomnio, neuralgias, diabetes, paludismo y hemorroides.
La resina sirve para curar lesiones cutáneas y para el tratamiento del cáncer. Sus semillas tostadas son muy nutritivas y contienen propiedades afrodisíacas. Los antioxidantes que posee esta fruta ayudan a la resistencia de la piel protegiéndola de factores externos como el sol, el aire, los gases de efecto invernadero o el humo del tabaco. Pero las bondades del marañón van más allá de su suave, amarilla, astringente y ácida pulpa. Su semilla también es rica en vitamina E y se puede comparar con frutos tan oleaginosos como la almendra o el maní, entre otros, ricos en aceites.
Maracuyá

Se trata de un fruto ideal para sembrar en las cercas porque, como la uva, aprovecha el tendido de los hilos para extenderse y fructificar. Casi ningún animal consume sus hojas, y esto le permite crecer continuamente y formar densas barreras capaces de imposibilitar el paso a los intrusos. La razón está en sus propiedades medicinales, como luego se verá.
Una de las mayores virtudes de esta fruta es su relación con el correcto funcionamiento del intestino. Posee propiedades laxantes y se recomienda para quienes tienen problemas de vejiga, próstata e hígado. Otra cualidad descollante en el maracuyá es su acción tranquilizadora. Los nutrientes presentes en esta fruta –y puede consumirse completa, no solo la parte interior– invitan al descanso y sedan suavemente. Lo cual no conviene a los herbívoros, por eso la evitan.
En temporadas de lluvia y cambio de estaciones climáticas, cuando suelen producirse epidemias de gripe y rondan toda clase de virus, el maracuyá, por ser gran fuente de vitamina C, resulta un excelente aliado para contrarrestarlos con eficacia. Posee, además, propiedades antipiréticas y, por tanto, ayuda a controlar la fiebre.