De las tres frutas que tratamos hoy, dos apenas aparecen en nuestros huertos y parcelas. Por eso resulta sustancial conocerlas mejor. Aportan otros sabores, nutren y previenen enfermedades; conviene, por tanto, incrementar su presencia tanto como sea posible.
Fresa
La fresa se ha cultivado en los organopónicos pineros con buenos resultados aunque en pequeña escala. ¿La razón? No hay una cultura de su consumo, se vende con dificultad y económicamente rinde menos que las verduras o vegetales. Pero si usted no enfrenta esas limitantes, cultívela, no estará haciendo una mala inversión.
Tiene altos contenidos de vitamina C, E y beta carotenos, los tres antioxidantes por excelencia. Esta fruta ayuda en el tratamiento de la tensión alta y, desde tiempos antiguos, se utiliza para limpiar o purificar el aparato digestivo; tiene inclusive la capacidad de ayudarnos a eliminar el ácido úrico. Es recomendable contra el cáncer, la gota, la artritis y la anemia; además de contener un ácido que neutraliza los efectos cancerígenos del humo del tabaco.
Granada
Aunque contiene pequeñas cantidades de vitaminas C, B1, B2 y B3, pero dentro de los minerales destaca su alto contenido en potasio, fósforo, manganeso, calcio, hierro y magnesio. Ejerce una acción depurativa, astringente y antinflamatoria en la mucosa del tracto digestivo, por lo que es muy útil en casos de diarrea. Además, la ganada tiene flavonoides con una importante acción antioxidante, inhibidora de la producción de radicales libres –esos que nos hacen envejecer antes de tiempo– y resultan preventivas frente al cáncer.
Es recomendable en individuos hipertensos. Su contenido en polifenoles también le confieren un efecto antioxidante (inhibe la oxidación de la LDL-colesterol) ejerciendo una acción preventiva frente a la arteriosclerosis y las patologías cardiovasculares.
Guayaba
Nuestros aborígenes la bautizaron como guayaba (“fruta de arena”, en su idioma). Sin dudas, una reina de nuestros campos, siempre abundante en frutos, de fácil propagación, resistente a la sequía y a los vientos fuertes.
Tiene gran poder frente a las infecciones gracias a su contenido en vitamina C, que se calcula entre dos y cinco veces superior al jugo de naranja. Las personas con riesgos de infección o expuestas laboralmente a polución, virus y bacterias, pueden recurrir a su jugo en busca de protección.
La guayaba posee un alto contenido de vitaminas y minerales. Es fácil de digerir para la mayoría de las personas, incluyendo los niños pequeños. Pero, ojo, resulta uno de los mejores nutritivos hasta la hora del almuerzo, después no es recomendable para aquellas personas que padezcan de acidez estomacal.