
Centenario del Tratado Hay-Quesada, la isla como posible sede del Congreso Nacional de Historia. Sala especial del Museo Municipal destinada al levantamiento pinero del 26 de julio de 1896.
Que el Congreso Nacional de Historia se efectúe en esta Isla como parte de las actividades de celebración por el centenario de la firma del Tratado Hay-Quesada, recibió el apoyo unánime de los asociados pineros, reunidos al cierre de la Jornada Nacional de Historia, en la Casa de la Amistad, de Nueva Gerona.
La propuesta fue realizada por Arsenio Manuel Sánchez Pantoja, coordinador de los proyectos Isla Patrimonial y Red de Oficinas del Historiador y del Conservador de las Ciudades Patrimoniales en Cuba, quien tuvo a su cargo las palabras centrales del evento, dedicado a reconocer el tributo de Eusebio Leal Spengler, junto al cual laboró los últimos cuatro años, hasta su fallecimiento.
“Su contribución –destacó Sánchez Pantoja– se enfocó en cinco dimensiones para el desarrollo integral: económica, social, medioambiental, cultural e institucional. Lo que nos conduce, para la concreción de la nuestra como Isla Patrimonial, a promover la creación de una autoridad especializada, con cualquier forma institucional, pero encargada de gestionar los lugares que debemos restaurar o conservar y al mismo tiempo hacer rentable su sostenimiento.
“En este sentido –precisó–, Leal nos enseñó que se trata no solo de restaurar las piedras, es preciso y primordial restaurar también las almas. O sea, las personas y su comprensión de los valores patrimoniales, nos dan una identidad como país, como cubanos en cualquier parte del mundo, algo de máxima importancia en los momentos actuales, cuando se gastan millones para desmontar nuestra historia”.
Entre las acciones territoriales que responden a este llamado, se informó que el Museo Municipal de Historia está enfrascado en un nuevo montaje donde una sala será destinada, en exclusiva, a resaltar el levantamiento armado ocurrido en esta Isla el 26 de julio de 1896.
Este acto por el Día del Historiador Cubano concluyó con la entrega de reconocimientos a las secciones de base destacadas y los asociados que han desempeñado un papel protagónico en la divulgación, enseñanza y defensa de la historia, su investigación y participación en eventos científicos, así como en la defensa del patrimonio cultural.
Doce asociados recibieron el máximo reconocimiento por su labor en ramas específicas de la historia, al recibir los diplomas nacionales: Pablo de la Torriente Brau –que se entrega por única vez en la vida de un investigador–, Emilio Bacardí, Fernando Portuondo, Emilio Roig, María Teresa Freyre y Antonio Núñez Jiménez.