El Pinero 2025

¿Dónde se le dio nombre al Movimiento Revolucionario?

Una investigación que realizara el prestigioso periodista Mario Mencía, sostiene que “…el M-26-7 fue creado en Cuba el 12 de junio de 1955, en la clandestinidad”.

Y así aparece todavía en EcuRed.

La incertidumbre entre ambas versiones, quedó esclarecida en una visita que realizara Juan Almeida Bosque, al memorial Pinero, entonces de reciente inauguración.

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Comandante, pregunté luego de ponerle al tanto de la contradicción, usted estaba entre aquellos acompañantes, a bordo del Pinero? ¿Recuerda algún detalle que nos permita acercarnos más a la verdad histórica?

Un momento después, acompañándole, estábamos sobre el techo de la embarcación, en la cubierta de botes.

“Fidel estaba aquí, yo… más o menos por acá y Raúl enfrente, junto a ese bote. Los demás, alrededor. Era ya en la madrugada, y Fidel primero nos dio las instrucciones de cómo debíamos actuar en la vida civil, con un comportamiento muy cuidadoso, hasta que fuéramos llamados para reanudar la acción.

Luego, argumentó por qué, en honor a los caídos, debíamos darle el nombre de Movimiento Revolucionario 26 de Julio a nuestra organización. Nadie propuso otro nombre, y así quedó acordado, con la aprobación de todos, y a bordo de este buque”.

Un momento después, el comandante Almeida agregó, “…estoy terminando un libro que recoge ese momento histórico. Se titula Pinero. Y recoge en detalles lo que acabo de contarte”.

El libro fue publicado, y ratifica de modo contundente que el nombre de Movimiento Revolucionario 26 de Julio fue acordado en la madrugada del 15 al 16 de mayo de 1955, en la cubierta de botes del buque Pinero, a propuesta del Comandante en Jefe Fidel y aprobado por el resto de los moncadistas, no por un grupo diferente de compañeros, ni en la clandestinidad.



Júbilo de libertad y deber

Fueron muy torpes los verdugos de Fulgencio Batista cuando pretendieron encerrar la libertad y los sueños entre los barrotes, muros y pinares de la segunda ínsula cubana, porque en realidad voló más alto el ideal redentor desde el terruño, que tampoco pudieron aislar ni apartar del torrente revolucionario que siguió las ideas de José Martí aquí confinado mucho antes.

Tan larga data tenía el empecinamiento de los déspotas que ni desterrando al adolescente patriota pudo el colonialismo español doblegarlo, ni que fuera el autor intelectual del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en Santiago de Cuba y Bayamo, y siguiera inspirando.

Fue lo que ocurrió aquí con los osados combatientes de esa gesta y de la que continuó igualmente heroica en la cárcel de la entonces Isla de Pinos, de donde salieron en libertad hace 70 años tras librar una batalla de ideas que trasciende y alecciona en la Patria nueva amasada tras las rejas y el aislamiento que, sin embargo, unió y preparó para venideras contiendas.

Por eso al bajar la escalinata del edificio principal de Presidio Modelo con Fidel al frente aquel domingo 15 de mayo de 1955, ellos escribieron historia, salvaron los principios y el futuro, remontaron decisiva etapa hacia la definitiva emancipación de la Patria y abrieron puerta y camino al enero victorioso de 1959 con palomas blancas, caravana de regocijo e insospechados retos.

El triunfo arrebatado a la tiranía aquel domingo en que la vanguardia se rencontró con el pueblo que esperaba afuera del penal fue resultado de muchos factores y momentos desde la dura cárcel.

En su Reflexión sobre las reflexiones en el 2007 durante esa nueva etapa de su permanente batalla de ideas, Fidel valora sobre su confianza en la comunicación con las masas y confiesa más de medio siglo después: “Ahora constituye, igual que cuando estaba en lo que se llamó prisión fecunda, un enorme deseo de estudiar y meditar mientras dura mi rehabilitación”.

“Nuestra estrategia en la prisión –apunta el asaltante Ernesto Tizol– era no perder un solo momento de la preparación política, cultural e ideológica, para estar más aptos cuando reiniciáramos la lucha una vez fuera de la cárcel”.

Raúl Castro, quien compartiera junto a su hermano el aislamiento de la celda, confirma años después: “Cuando los dirigentes revolucionarios salimos de prisión en 1955 ya existía una estrategia de lucha elaborada”, para el nuevo contexto, ahora con el programa contenido en La Historia me absolverá, el alegato de autodefensa de Fidel en el juicio del Moncada y que el joven líder reconstruyera y sacara burlando la férrea censura.

“Nuestra libertad no será de fiesta o de descanso, sino de lucha y de deber”, vaticinó el jefe del movimiento tras salir del encierro y 70 años después, ya con ese derecho convertido en patrimonio de todos, los pineros lo hacen realidad en las calles que conocieran de sus primeros pasos tras la prisión.

La escalinata por donde descendieron Fidel, Raúl y demás revolucionarios que aquel 15 de mayo abrieron etapa irreversible será tribuna ese día nuevamente de una evocación llena de simbolismo, juventud, compromiso y arte, con la misma firmeza y renovada confianza del pueblo en su vanguardia.

Y es que el movimiento popular que rememora la movilización que aclamó a su joven líder hoy convoca a hacer más, impulsar tareas, resistir y crear.

Si cada 15 de mayo agita la celebración en pos de reditar en los distintos frentes aquella victoria en que Fidel y sus compañeros salieron del Presidio Modelo a conquistar el triunfo definitivo, el aniversario 70 inspira motivaciones y empeños, porque de fiesta anda la libertad en la Isla soñada por él.

Ciertamente, no descansa este júbilo de liberación, de lucha y deber conquistado para siempre.

La vanguardia revolucionaria en prisión: tradición de lucha (1931-1958)

Autor: M. Sc. Roberto F. Únger Pérez (*)

Desde el siglo XIX Félix Varela ya había nombrado a la entonces Isla de Pinos, hoy Isla de la Juventud, como la Siberia de Cuba. En 1834 se definiría su destino oficial como centro de deportación y confinamiento, y se asociaba con iguales enclaves penitenciarios norafricanos en Ceuta y Chafarinas.

Foto: Archivo

La conmutación de la pena de trabajo forzoso, por el de traslado a Isla de Pinos del joven revolucionario José Martí Pérez fue posible porque su benefactor, José María Sardá, se había radicado de forma oficial allí, en una finca fundada en 1868, y que llamó El Abra. Martí permaneció en este territorio desde el 13 de octubre y hasta el 18 de diciembre de 1870.

La presencia, ese año, de 295 deportados políticos de seguro ejerció influencia en la sociedad política pinera, sobre todo en la pequeña población de Nueva Gerona, adonde se trasladaba con frecuencia Martí, y tuvo la oportunidad, prohibida en la Habana, por su lejanía de los escenarios de la guerra, de contactar con quienes habían participado o eran colaboradores.

Es conveniente tener en cuenta el testimonio, poco divulgado, sobre la presencia de Martí en Isla de Pinos de la hija del deportado José Bellido de Luna, entonces una niña de nueve años nombrada Cora Bellido de Luna, y publicado por el periodista J. R. González-Reguera en el periódico habanero Ataja, en el año del centenario del Apóstol, en 1953 y citado por el también periodista Diego Rodríguez Molina en el periódico Victoria de Isla de la Juventud:

“Mi papá le tomó cariño enseguida…Y lo hacía venir…a nuestra casa para que se entretuviera entre cubanos…Venían muchos…Leíamos periódicos. Todas las semanas mi papá recibía periódicos de La Habana: El Diario de la Marina, el Diario de Cuba y el Moro y Muza…Pero sus amigos mandaban, escondido entre los periódicos españoles, otros periódicos de los revolucionarios. Hojas impresas, proclamas…Entonces unos cuantos se ponían en el portal…mientras José Martí, que era el que mejor leía, se ponía en el último cuarto de la casa para leer en voz alta…Cuando ya lo habían leído todo, los de atrás se cambiaban con los del portal y Martí volvía a leerlo todo, para los demás… ¡Había días que tenía que leer seis tandas…!”

En la biografía de Martí, “Cesto de llamas”, su autor, Luis Toledo Sande afirmaría: “Dondequiera que se hallara –libre en La Habana, en prisión y en trabajo forzado, relegado en Isla de Pinos, a bordo de un barco o en cualquier punto de su vida itinerante– sería un vocero, un combatiente de la Revolución cubana, y, en esa medida, un soldado de la guerra iniciada el diez de octubre de 1868 y en cuya defensa ya había afrontado para entonces pruebas terribles.

ACADEMIAS IDEOLÓGICAS

La irrupción al poder del presidente Gerardo Machado significó que se retomara el odiado destino de la ínsula-penal, y el primero de febrero de 1926 colocaba, personalmente, la “primera piedra” de lo que a partir de ese momento sería la mayor cárcel del país, en la que se refundaron las seis más importantes de Cuba bajo el título de Presidio Modelo, luego renombrada en la década del ’40, Reclusorio Nacional para Hombres de Isla de Pinos.

Foto: Archivo

También se replicaría el uso de la instalación carcelaria para reprimir las ideas revolucionarias y/o discordantes con el proyecto político del grupo en el poder. El 16 de septiembre de 1931 arriba la primera cuadrilla de 24 presos políticos procedentes del Castillo del Príncipe y La Cabaña, entre ellos Raúl Roa García, Pablo de la Torriente Brau, los hermanos Barceló Gomila (Gabriel y Matías), que sumaron hasta 539 contabilizados por Pablo, y que guardaron prisión hasta enero de 1933. Algunos llegaron después y otros salieron antes.

Fueron ubicados en el Pabellón No.2 de enfermos mentales, y allí fundaron la academia ideológica, nombrándola Carlos Marx. Así daban continuidad a la “Academia” creada en el Castillo del Príncipe, en enero de 1931, para el debate de temas políticos, a cargo de su “Secretario Perpetuo”: Pablo.

Tras los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, los 29 jóvenes sancionados fueron también trasladados al Reclusorio Nacional de Isla de Pinos. El grupo principal arribó el 13 de octubre de 1953, en igual fecha que el autor intelectual de dicha gesta lo hizo, pero en 1870. Fidel Castro y Fidel Labrador lo harían el 17 de ese mes y año.

Al igual que los primeros revolucionarios de la década del ’30 Fidel y sus compañeros fundaron la Academia Ideológica Abel Santamaría Cuadrado, organizaron la biblioteca Raúl Gómez García y una cooperativa para apoyar la alimentación y otras necesidades a la nueva vanguardia revolucionaria, con independencia de su contribución financiera.

Foto: Archivo

Fidel imparte clases de oratoria, Economía Política, Filosofía e Historia Universal; reconstruye su histórico alegato La historia me absolverá, organiza su distribución para que el pueblo conociera el programa de lucha; le agita el país a Fulgencio Batista mediante el uso de la propaganda revolucionaria y denuncias de los crímenes con sus compañeros, y la corrupción imperante.

También se puso al frente de la lucha iniciada por el Movimiento de Madres Cubanas, devenido Comité Pro-amnistía de los Presos Políticos de Isla de Pinos, hasta alcanzar la excarcelación el 15 de mayo de 1955. Por eso este período fue nombrado por el líder revolucionario, “prisión fecunda”.

La falsa unidad monolítica del ejército, tantas veces divulgada por Fulgencio Batista Zaldívar, fue ocultada tras los muros de la circular No.4 del Reclusorio Nacional de Isla de Pinos desde 1955: allí fueron aislados los disidentes de la Conspiración del cuatro de abril (El pueblo los identificó como Movimiento de los Puros), de la Motorizada de La Habana, de la Marina de Guerra y la aviación que eran colaboradores del Movimiento Revolucionario 26 de julio, o que no estaban de acuerdo con el régimen tras el golpe de Estado del diez de marzo de 1952. También fueron ubicados en galera una parte de los rebeldes que salvaron su vida en el desembarco del yate Granma, entre ellos Jesús Montané Oropesa; y otros como Armando Hart Dávalos, con intensa lucha clandestina. Había, además, representantes del Partido Socialista Popular que sumaron unos 564; de ellos, 426 del MR-26-7, 106 de las Fuerzas Armadas, diez del Directorio Revolucionario, diez de la Organización Auténtica, siete asaltantes al cuartel Goicuría y cinco del Partido Socialista Popular.

La estructura organizativa del M-26-7 incluía la academia Abel Santamaría (Responsable: Quintín Pino Machado) y la biblioteca Raúl Gómez García (Responsable: Manuel Graña Eiriz) continuadoras de la de los moncadistas.

Las clases se impartían de forma diaria en el patio de la Circular 4; a los que no sabían leer y escribir se les asignaba un alfabetizador. Con posterioridad se organizó la Academia Ideológica o de Adoctrinamiento Enrique Hart Dávalos (Responsable: Armando Hart Dávalos) como resultado del número creciente de combatientes del 26, que sumaron más de 400, para que pudiera ser más efectiva. Los conferencistas de los círculos eran Armando Hart, Quintín Pino, Jesús Montané, Mario Hidalgo, Manuel Stolik, Carlos Chain Soler, entre otros.

Como parte de la labor ideológica había dos periódicos murales manuscritos nombrados Cubanía y Cubanía Suplemento de Noticias, considerados órganos oficiales del Movimiento 26 de Julio en la Circular 4 (Responsable: Jesús Montané Oropesa). La vía para la captación de las noticias era un radio introducido por partes por los miembros de una de las células revolucionarias dirigida por Melba Hernández y Magali Montané en Isla de Pinos, que era operado por Casto Amador Hernández. El Partido Socialista Popular también publicaba un pequeño periódico mural dirigido por Lionel Soto, Carta Semanal.

El M- 26-7 creó una cooperativa de alimentos a la cual podía pertenecer todo el que quisiera, pues en un principio el número de las creadas era grande y con ello se mejoraba la comida y protegía a los de escasos recursos.

Fidel Castro, a propuesta de Armando Hart quien aprecia el gran potencial de combatividad desde la prisión, decidió crear la Comisión Nacional de Presos del Movimiento 26 de Julio y designó para que la integraran a Carlos Iglesias Fonseca, Aldo Santamaría Cuadrado, Quintín Pino Machado y Jesús Montané Oropesa. Con posterioridad la integró también Hart. Comenzó a funcionar, aproximadamente, en el segundo trimestre de 1958. En Isla de Pinos sus jefes, en distintas etapas fueron: Aldo Santamaría Cuadrado, Carlos Iglesia Fonseca, Quintín Pino Machado, y Armando Hart Dávalos. El resto de la dirección la componían Mario O. Hidalgo Barrios, Jesús Montané Oropesa, José Ponce Díaz y Quintín Pino Machado cuando no estaba al frente de la organización.

Las academias ideológicas creadas en el período 1931-1958 contribuyeron a forjar las nuevas vanguardias revolucionarias, y revelaron el potencial a desplegar aun en el confinamiento: cuándo hacer la huelga de hambre, cómo utilizar la propaganda en la lucha, estudiar, cohesionar al grupo, definir posiciones ideológicas. El recinto carcelario fue escenario vivo para ello.

(*) Historiador de la Isla de la Juventud

Lo que aún duele en la tiranía del terror

Sumario: Algunos momentos inolvidables en Presidio

A pesar de las siete décadas transcurridas, a la mafia anticubana miamense mucho parece dolerle todavía la victoria revolucionaria en que devino la salida de Fidel y demás sobrevivientes del asalto al Moncada, antes de que cumplieran las condenas impuestas por el régimen de Batista, por la creciente campaña cívica librada por las masas y la prensa apenas se abrió paso a la verdad sobre la injusticia contra esos muchachos y la crueldad contra ellos.

Aquel hecho fue calificado por el joven líder ese día 15 de mayo, como “la gran victoria del pueblo en los últimos tres años y el único aporte de paz en el horizonte nacional”, sin que ello significara tregua.

Como si no quisieran aceptar esa primera derrota de la larga cadena que condujo al triunfo de la Revolución, uno de los discursos que en mayo de 1955 se opuso a la amnistía a los moncadistas en la manipulada Cámara de Representantes de la seudorrepública, lo pronunció Rafael Lincoln Díaz-Balart y Gutiérrez, de aquel órgano (1954-1958) y quien luego de 1959 funda en EE. UU. la Rosa Blanca, primera organización terrorista anticubana.

Al autor de la postura, padre de dos representantes federales en EE. UU. años después, lo presentó El Nuevo Herald en Miami cual mesías político.

En el breve discurso reproducido en esas páginas reconoce una verdad histórica que da la magnitud del hecho: “La opinión pública del país ha sido movilizada en favor de esta amnistía” y admite la debilidad de los personeros del gobierno “que no han sabido mantenerse firmes frente a las presiones de la prensa, la radio y la televisión”, a pesar de la censura.

Tales palabras en el agitado mayo de 1955 dan la sensación de estar de espaldas a la realidad cuando se atreve “alertar” el peligro de “destruir definitivamente todo vestigio de Constitución y de ley…”, que ya habían sido pisoteadas por Batista con el golpe de Estado del ’52, y que llevó a las acciones del 26 de julio de 1953 por los jóvenes del Centenario martiano.

Provocan risa su hueca repetición de palabras como paz, democracia, elecciones, solución nacional, confraternidad y otras que cacarean los amos en sus afanes de dominio mundial, y más cuando se conoce que el ilegal régimen instaurado y del que formara parte Díaz-Balart, adoptara entre sus medidas sustituir la Constitución de 1940 y el Congreso, suprimir las elecciones convocadas para junio de ese año, suspender la libertad de reunión y expresión, establecer la pena de muerte, liquidar la autonomía universitaria, abrirles puertas a compañías estadounidenses y la mafia yanqui y acentuar la dependencia económica. Todas dan la medida del cinismo, el lenguaje gastado y la tiranía del miedo permanente entonces como ahora.

De cómo la intransigencia de Fidel los puso frenéticos dio muestras el referido personaje al arremeter contra la vertical posición del joven negándose a compromiso con la tiranía que impliquen la renuncia a la lucha por los Muchachos del Moncada, a quienes el régimen tuvo que incluir en la amnistía.

“…todo se salva si se salvan los principios…”, sentenció Fidel y ese lenguaje firme estremecía de miedo a quienes veían contados sus días en el poder.

Pero se acentúa el engaño cuando el politiquero habla de la “cómoda cárcel” de los moncadistas, ocultando las represalias y presiones sicológicas a que fueron sometidos, el aislamiento impuesto al líder, contra quien también se tejieron hasta intentos de eliminarlo físicamente y la privación de luz eléctrica durante semanas, así como las torturas a Agustín Díaz Cartaya, autor del Himno del 26 de Julio, y a Ramiro Valdés, el más joven, por el simple hecho de cantarle esa marcha al tirano en su visita en febrero de 1954, entre otras.

Mas, para quien luego integrara la mafia terrorista miamense, todo era poco en comparación con las entrañas reflejadas en la exclamación “¡Ahora sí Fidel va a vomitar sangre!”, cuando supo de la condena en Presidio.

En esa fauna que alimenta el imperio fascista se ve de todo. En una publicación editada en Miami titulada Municipio Isla de Pinos en el exilio, los anexionistas se atrevieron a rescribir la historia y reivindicar, cual mártires, a asesinos vinculados a atrocidades de Presidio y disfrazar a criminales.

Para que se tenga una idea de estos personajes baste decir que quien encabeza la lista de estos supuestos “héroes”: el comandante Juan Manuel Capote, fue jefe del penal del ’52 al ’56, responsable de diversos asesinatos y torturas cometidos durante su mandato, según testimoniaron reclusos y guardianes en el juicio tras el triunfo popular por la justicia revolucionaria.

Nombró mayor (jefe) del pabellón de los enfermos mentales, que tantos humanos deshizo, a un cretino conocido por Cebolla, condenado a más de cien años por asesinatos fuera y dentro del país.

Buen imitador fue Capote del sanguinario Castells, denunciado por Pablo de la Torriente Brau en los años ’30, por entronizar violencia y maltrato que infringía el reglamento de prisioneros, explotaba salvajemente a los condenados comunes y cegaría la vida de cientos de encarcelados.

No fueron pocos los peligros para Fidel y sus compañeros, desde este antro del terror del que sentenció Pablo: “¡No puede haber perdón para el hombre capaz de crear en el espíritu tal llaga y en la imaginación tal frenesí...!”.

Tampoco para quienes los cobijan y ensalzan desde el escondite norteño que acogió en las filas del mercenarismo terrorista a asesinos y ladrones que escaparon de Cuba libre, pero no de esa tiranía del terror.



La Ley de Amnistía de 1955 y la verdad de un triunfo popular

Autor: José Antonio Cabrera Navarrete (*)

La tarde noche del sábado 14 de mayo de 1955 en Presidio Modelo parecía transcurrir como de costumbre. Sin embargo, un mensaje había hecho llegar habilidosamente información sobre la aprobación de la Ley de Amnistía al día siguiente. La indicación de Fidel fue clara; no hacer nada que pudiera hacer abortar el tan ansiado día.

La ley no gozaba de simpatías entre algunos personeros reaccionarios de la tiranía. Sin embargo, fue sancionada, disfrazada de gesto humanitario, para enmascarar la verdadera esencia del régimen. Era, además, una tardía respuesta a la campaña de reclamos y denuncias desde el exterior, sobre todo en naciones latinoamericanas.

No era la primera medida legislativa con tales fines. El Decreto-Ley No.1 del diez de marzo de 1952 disolvió el Congreso de la República, suspendió la Constitución de 1940 y declaró el estado de sitio, convirtiéndose en la base legal de la dictadura, modificando el marco jurídico de la nación.

Varias disposiciones jurídicas eliminaron derechos civiles fundamentales. Por ejemplo, la Ley de Defensa de la Soberanía Nacional de 1952, utilizada para perseguir a opositores políticos, sindicalistas y líderes estudiantiles. O la Ley de Orden Público y la Ley de Seguridad del Estado. Esta última, incluyendo los Tribunales Militares especiales contra hechos de rebelión o conspiración, sin garantías procesales y de imparcialidad. De singular alcance fue la Ley de Prensa, conocida como “ley mordaza”, una verdadera cacería contra los medios y sus profesionales que se atrevían a denunciar las atrocidades de la tiranía.

El movimiento estudiantil, encabezado por el Directorio Revolucionario (DR), desempeñó un papel crucial en protestas y movilizaciones públicas. A ello se sumaron líderes políticos y figuras de la sociedad civil, exigiendo la liberación de los presos políticos como primer paso imprescindible hacia la reconciliación nacional. Para entonces el reclamo de libertad para los presos políticos había alcanzado dimensión inusitada y trascendía las fronteras nacionales.

Sin embargo, el sesgo manipulador del proyecto de ley, que excluía a los Moncadistas, hizo estremecer a Cuba con nuevos y más poderosos reclamos y denuncias contra la tiranía. Fundamental rol jugó el Comité de Familiares Pro Amnistía de los Presos Políticos, nacido de la organización de Madres Cubanas. Apoyado por la Federación de Estudiantes Universitarios (Feu) y su presidente recién electo José Antonio Echevarría, y por el reclamo obrero y popular, se convirtieron en pie forzado para el régimen, acorralado en sus intentos.

El cinco de abril el periódico El Nacional escribía: “Toda Cuba pide la Ley de Amnistía; todo el país se hace voz para reclamar ardientemente por una legislación que devuelva al seno del hogar nostálgico y maltrecho a tanto cubano bueno, cruzado de un ideal redentor”. Importantes órganos como la revista Bohemia también defendían la amnistía total.

Impuesto de las maniobras del régimen batistiano, Fidel hace llegar a la prensa un documento de denuncia de los manejos inescrupulosos de la dictadura, que escondía bajo la supuesta voluntad de lograr un clima de “paz y concordia”, el chantaje que obligaba a los futuros amnistiados a declarar su voluntad de no volver a conspirar contra el “gobierno”.

En su edición del 25 de marzo Bohemia reprodujo el texto de Fidel, donde afirma: “No me interesa en absoluto demostrarle al régimen que deba dictar esa amnistía, ello me tiene sin cuidado alguno; lo que me interesa es demostrar la falsedad de sus planteamientos, la insinceridad de sus palabras (…), quienes tienen que comprometerse a acatar y respetar las leyes de la República son ellos, que las violaron ignominiosamente el diez de marzo…”.

Como represalia fue llevado el líder revolucionario al Consejo de Dirección del reclusorio y sancionado de nuevo a total incomunicación por 30 días.

En Isla de Pinos, el Comité Pro Amnistía del que era miembro Mariano Rives, primer alcalde revolucionario de la Isla, tuvo un rol determinante en el impulso a las acciones. De manera simultánea tuvieron lugar otras tareas coordinadas por varias organizaciones locales. El apoyo a las comunicaciones entre Fidel y sus compañeros con el exterior, el servicio de mensajería a riesgo de la vida de los involucrados, la atención a familiares de los Moncadistas fueron algunas de las actividades realizadas en el territorio pinero por la aprobación de la Ley de Amnistía.

La profesora e investigadora Francisca López Civeira resumió la situación cubana con palabras certeras: “La salida de los Moncadistas de la prisión había sido un logro del pueblo, movilizado en torno a la amnistía”.

Mientras la situación interna en el país se deteriora, en el plano internacional ganan terreno matrices de opinión desde diversas posiciones, pero coincidentes en sus llamados de cesar los arrestos sin garantías procesales, las torturas y los asesinatos, algo ya cotidiano.

La Organización de Estados Americanos (OEA), aunque no se pronunció nunca como organismo regional, algunos de sus países miembros plantearon preocupaciones sobre la situación política en Cuba y las flagrantes violaciones a los derechos humanos. La reacción de los gobiernos latinoamericanos ante la dictadura fue diversa, influenciada por factores políticos, ideológicos y económicos. Aunque algunos países mantuvieron relaciones diplomáticas y comerciales con el régimen, otros adoptaron posturas críticas o no abiertamente opuestas, en dependencia de intereses nacionales en el contexto internacional, signado por la Guerra Fría, que repercutió en las decisiones con respecto a la situación cubana.

La posición protectora a ultranza del régimen, de los gobiernos de Harry S. Truman y de su sucesor Dwight D. Eisenhower, con su influencia en la región, legitimaban la dictadura desde la diplomacia y el comercio. A esa política se sumaron algunos aliados tradicionales en el área.

Fue reconocido como aliado estratégico contra el comunismo por los gobiernos conservadores y autoritarios de Argentina en los primeros años de Juan Domingo Perón, y el Brasil ultraconservador de Getulio Vargas.

Otros países expresaron repetidas reservas sobre la legitimidad del régimen batistiano. México, de tradicional apoyo a la no intervención y a movimientos nacionalistas y antimperialistas, de la administración de Adolfo Ruiz Cortines. La Guatemala revolucionaria de Jacobo Árbenz hasta su derrocamiento en 1954, cuando asumió el poder el golpista Carlos Castillo Armas, alumno aventajado de la Agencia Central de inteligencia (Cia), y cerebro del golpe contra Árbenz.

La historia recoge la importancia del esfuerzo mancomunado de las fuerzas progresistas dentro y fuera de Cuba en la campaña pro amnistía como hecho decisivo de la última etapa de las luchas emancipadoras.

Fue este el entorno político nacional e internacional que obligó a la dictadura batistiana a promulgar la Ley Número 2, del seis de mayo de 1955, Ley de Amnistía. Un triunfo que pretendió escamotear al pueblo y sus organizaciones obreras y estudiantiles, y a la prensa, que reclamaban su promulgación como amparo general para todos los presos políticos.

Una ley que como afirma Mario Mencía en el libro “La prisión fecunda” propició que “al abrirse las rejas del Reclusorio Nacional para Hombres de Isla de Pinos –se facilitara– el rencuentro de los de adentro con los de adentro y de los de adentro con los de afuera. La vanguardia abrazada a la vanguardia y al recuerdo de los hermanos muertos”.

(*) Historiador de la Isla de la Juventud

De prisionero irreductible a Libertador del archipiélago

Sumario: Algunos momentos inolvidables en Presidio

En 1978, justo en el año en que se proclama el nuevo nombre de Isla de la Juventud al territorio, como fruto de la profunda transformación de la Revolución, es declarado Presidio Modelo como Monumento Nacional, a más de una década de la eliminación de su estatus penal, como había prometido Fidel.

En multitudinaria concentración encabezada por él frente a Presidio y ya con los primeros estudiantes de países hermanos que vinieron a estudiar en escuelas del territorio, Raúl Roa, entonces vicepresidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, proclamó la Isla de la Juventud y significó el especial homenaje para las nuevas generaciones del orbe, que celebraban en Cuba su XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes.

“Estamos en el frontispicio de lo que fue durante una época la academia modelo de la depravación, la tortura y el crimen trasmutados en esencia del sistema penitenciario. Nunca, en tan reducido espacio, se cometieron tantas iniquidades, ignominias y aberraciones”, expresó el Canciller de la Dignidad en emocionado discurso y evocó la excarcelación:

“El 15 de mayo de 1955, descenderían Fidel Castro y sus compañeros de cautiverio Raúl, Juan Almeida, Ramiro Valdés, Pedro Miret y el pinero Jesús Montané para reanudar la épica batalla que transformó los destinos de Cuba y removió las entrañas del monstruo. El prisionero irreductible de ayer es hoy El Libertador del archipiélago cubano y uno de los máximos adalides revolucionarios de la Humanidad”.

Pero a la tradición de lucha que atesora Presidio Modelo se une la histórica consigna Sí se puede enarbolada aquí por Raúl durante el acto central por el Día de la Rebeldía Nacional, que tuvo por sede la Isla de la Juventud en 1994 y se celebró en la explanada frente a la escalinata por donde salieran en libertad los sobrevivientes de la epopeya del Moncada.

Para mayor significación estuvo dedicado a los jóvenes ese acto, presidido por el Comandante en Jefe, quien regresó la víspera de la ciudad colombiana de Cartagena de Indias, donde participara en la firma del Convenio Constitutivo de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), firmado por 24 naciones.

En ese año, coincidente con la última visita del líder aquí y uno de los más adversos, en pleno período especial y recrudecido bloqueo yanqui, cuando las carencias empezaron a sembrar en algunos el desaliento, el Segundo Secretario del Partido dijo con palabras que aún vibran: “Allí donde este objetivo se enfrenta con decisión e iniciativa, allí donde los cuadros saben impregnar en todo el pueblo la convicción de que SÍ SE PUEDE, se avanza en el mejoramiento de la situación alimentaria, paso a paso, pero firmemente, consolidando lo logrado y manteniendo el rumbo hacia delante”.

“La permanente enseñanza de Fidel –enfatizó Raúl– es que sí se puede, que el hombre es capaz de sobreponerse a las más duras condiciones si no desfallece su voluntad de vencer, hace una evaluación correcta de cada situación y no renuncia a sus justos y nobles principios”, como demostrara en su encierro.

En la Tribuna Abierta de la Juventud y los Estudiantes realizada el 13 de mayo del año 2000 más de 50 000 personas demandaron el retorno del niño Elián González, secuestrado en EE. UU. –que se vio obligado a devolver poco más de un mes después–, y la eliminación de la Ley de Ajuste Cubano y su bloqueo.

También participó el entonces Primer vicepresidente Raúl Castro, quien antes del acto, acompañado por el Comandante de la Revolución Juan Almeida y otros, bajó la escalinata del Presidio Modelo, como hicieron los moncadistas.

La Tribuna concluyó simbólicamente con decenas de pioneros descendiendo la escalinata y el vuelo de cientos de palomas entre himnos patrióticos.

Entre los espacios que aquí reviven la historia están, además, su escuela Conrado Benítez en lo que fuera su escuadrón, el Museo en al hospital donde recluyeran a los moncadistas y su Palacio de Pioneros 15 de Mayo, a punto de celebrar sus 40 años ratificando el compromiso con la Generación Histórica.

Son interminables los testimonios en este lugar, que se pretende preservar hoy como conjunto monumental antiguo Presidio Modelo y su región histórica, pieza clave en la concepción de turismo patrimonial, una motivación para conocer, vivenciar y comprender la herencia cultural y la actividad creativa de una comunidad, con elementos distintivos de la identidad no solo local y nacional.

También lo es en lo universal por los ciudadanos de otras naciones aquí recluidos, así como presidentes y personalidades del orbe que siguen visitando esas instalaciones, en muchas ocasiones acompañados por ese líder que de prisionero irreductible se convirtió en Libertador de un archipiélago libre y uno de los líderes imperecederos del mundo nuevo.



Celebran en la Isla aniversario 70 de una victoria popular

Vuelve el pueblo de la Isla de la Juventud a concentrarse frente a la histórica escalinata del Presidio Modelo, por donde descendieron aquellos jóvenes cargados de rebeldía y de amor por una Cuba libre, para celebrar el aniversario 70 de una victoria popular.

El acto por las siete décadas de la excarcelación de Fidel y demás moncadistas del reclusorio, hoy Monumento Nacional, está presidido por Miguel Díaz Canel Bermúdez, presidente de la República de Cuba y Ramiro Valdés Menéndez, Comandante de la Revolución y protagonistas de los asaltos los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes; entre otros dirigentes.

Como parte de la conmemoración el también primer secretario del Comité Central del Partido sostendrá un encuentro con jóvenes en la academia ideológica Abel Santamaría del Presidio Modelo y recorrerá lugares de interés de este territorio.



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Rememoran excarcelación de Fidel y demás moncadistas de Presidio Modelo

Los habitantes de la Isla de la Juventud de la mano de la historia vivieron este jueves 15 de mayo una jornada memorable en la que evocaron y honraron la hidalguía y deseos de libertad para Cuba de los jóvenes asaltantes a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes al celebrarse el aniversario 70 de su excarcelación, victoria popular de los cubanos.

El edificio central del antiguo Reclusorio para Varones, hoy Conjunto Monumental Presidio Modelo, volvió a convertirse en plaza para la conmemoración y su histórica escalinata fue vestida de los colores de la bandera del 26 de Julio, los de la enseña nacional, portadas por jóvenes, y de arte revolucionario, para reafirmar el compromiso de las actuales generaciones con la Patria y el sistema que escogieron hace más de seis décadas cubanas y cubanos.

La celebración estuvo presidida por Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República; Roberto Morales Ojeda, miembro del Buró Político y Secretario de Organización del Comité Central del Partido y el asaltante al cuartel Moncada; Comandante de la Revolución, Ramiro Valdés Menéndez, también viceprimer ministro, las máximas autoridades del Partido y el Gobierno en la Isla, representantes de diferentes sectores y una parte del pueblo pinero.

¡Gloria a la mañana de la Santa Ana!, exclamó a viva voz la narradora y de su historia salieron del recuerdo los versos del Indio Naborí dedicados a los sucesos del 26 de Julio de 1953 y de la presentación danzaria protagonizada por la compañía musical VERDARTE volvió el horror, la clandestinidad, la muerte y también la respuesta de un pueblo que no se doblega, liderado por un grupo de revolucionarios, la Generación del Centenario, bajo la égida de Fidel Castro, símbolo de lucha y de justicia social.

Presente, además, la canción en los temas La prisión del destacado cantautor Silvio Rodríguez y Por qué cantamos, poema musicalizado de Mario Benedetti.

“Este aniversario no es una simple evocación del pasado, es un llamado al presente, un recordatorio de que la juventud tiene la fuerza para cambiar la historia, como lo hicieron aquellos jóvenes que asaltaron los cuarteles de la tiranía y más tarde construyeron una revolución invencible. Hoy el escenario es diferente, pero el desafío igual de grande. Nos corresponde defender y transformar nuestra Patria con el mismo espíritu rebelde, creatividad, compromiso social y fe en el futuro”.

La Patria y su historia convocaron al emblemático lugar y la Isla estuvo presente para celebrar un hecho que marcó un antes y un después en la lucha por la independencia y la soberanía del país.

Sucely Morfa González, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y jefa de su departamento de Atención al Sector Social, en las palabras centrales rememoró la actitud de Fidel Castro en el amañado juicio luego de los sucesos del 26 de Julio y la posterior estancia de los revolucionarios en Presidio Modelo tras la sentencia. En su intervención declaró:

“El acontecimiento de la excarcelación que hoy recordamos está dotado de un simbolismo extraordinario, porque este hecho histórico nos demuestra el valor de la resistencia, cuando del lado de los que resisten está la verdad. Cuánta afinidad con los tiempos que vivimos, donde lejos de rendiciones y cansancios, se impone la determinación de no pactar con el pesimismo, ni retroceder un milímetro ante presiones y amenazas del imperialismo yanqui”.

En la mañana de este 15 de mayo la explanada del Presidio Modelo acogió a un pueblo comprometido con su historia y su Revolución. Siete décadas después se abrieron las rejas imaginarias para que los cubanos que escriben otra página de la historia de la nación, lo hagan en ese camino de esperanza que abrieron los moncadistas.

Como parte de la conmemoración el también primer secretario del Comité Central del Partido sostendrá un encuentro con jóvenes en la academia ideológica Abel Santamaría del Presidio Modelo y recorrerá lugares de interés de este territorio.



Así catalogó el Presidente cubano a la academia ideológica Abel Santamaría del Presidio Modelo, durante un encuentro con jóvenes de diversos niveles de enseñanzas y sectores de la sociedad

“Aquí quisieron matar ideas y por el contrario, este histórico lugar, se convirtió en luz de ideas, de ahí todo el simbolismo del hecho que estamos conmemorando”, expresó Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidente de la República de Cuba, durante un encuentro con 70 jóvenes de diferentes enseñanzas y sectores económico y social en el patio de la academia ideológica Abel Santamaría del Presidio Modelo.

Acompañado de Roberto Morales Ojeda, secretario de Organización del Comité Central del Partido y del Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, uno de los moncadistas que estuvo recluido en este penitenciario convertido hoy en Monumento Nacional; así como las máximas autoridades del territorio, el jefe de Estado destacó el legado de unidad y estoicismo que encierra en el ámbito de la celebración del aniversario 70 de la excarcelación de Fidel y demás moncadistas.

“Se defendieron aquí la unidad, la independencia y los valores; los moncadistas lo hicieron con gran dignidad y firmeza de principios, ese es el legado que podemos interpretar de este hecho”, enfatizó.

Más adelante señaló que la excarcelación de aquellos jóvenes marcó el final de una etapa de prisión fecunda y para comprender aquel simbolismo había que comprender por qué fueron recluidos en el Presidio.

“Primero porque tuvieron un sentimiento de conciencia de que eran la generación del Centenario e hicieron el compromiso de que el Apóstol no podía morir en el año de su Centenario, encabezaron la marcha de las antorchas, asaltaron el Moncada, los llevaron a un juicio amañado en el que Fidel demostró ser un hombre de Derecho hasta ser condenados y trasladados hasta el Presidio, donde el revés lo convirtieron en victoria.

“La prisión la convirtieron en un espacio de consolidación en la educación, formación ideológica, patriótica e histórica, por tanto aquí se fortalecieron más las convicciones y lo hicieron desde un nivel de organización tremenda, con camaradería, solidaridad, rigor y disciplina”.

Por su parte, Ramiro Valdés evocó las enseñanzas de su madre, quien despertó en él un inmenso sentimiento patriótico, enalteció la figura de Ernesto Che Guevara, asmático increíble; sin embargo, siempre fue el primero, nunca desistió y “ese es el ejemplo que los jóvenes deben seguir para defender la Patria”, tan asediada en estos momentos.

Linnet de la Caridad Rodríguez Suárez, presidenta de la Federación Estudiantil Universitara de Ciencias Médicas, al intervenir en el intercambio acotó: “Esta organización no se parece a la de Mella, pero sí tenemos los mismos ideales y convicciones. Fue este lugar el escogido parareunirnos en comisiones,previo a la asamblea pos X Congreso debido a su simbolismo”.

Resaltó cómo se han adueñado del parque 15 de mayo, donde Fidel le hablara al pueblo pinero tras la salida de los moncadistas del reclusorio, para realizar sus actividades culturales y recreativas; mientras mencionó el apoyo brindado el pasado año al principal centro hospitalario aquí, ante los crecientes casos de dengue, para lo cual donaron sus vacaciones.

El historiador y profesor universitario Roberto Únger no solo recordó la fecha sino también acentuó el papel de la familia de Jesús Montané Oropesa, pinero y otro de los moncadistas; cuya casa sirvió como lugar de reuniones y conspiraciones de la clandestinidad del Movimiento 26 de Julio; además del apoyo popular para la liberación de aquellos jóvenes valerosos.

Durante el encuentro, cargado de anécdotas, risas y emociones, se puntualizó el compromiso de no solo hurgar en la historia sino de llevarla siempre en el corazón en aras de fortalecer nuestra identidad y lograr una Cuba mejor.

Con anterioridad el también primer secretario del Comité Central del Partido y Morales Ojeda acompañaron al Comandante de la Revolución Ramiro Valdés en un recorrido por la sala donde dormían los moncadistas, en la cual rememoraron anécdotas y enseñanzas que los conllevaron a la victoria.