El orgullo de Ri Lang

Foto: Wiltse Javier Peña Hijuelos

Llegó a la Isla de la Juventud siendo adolescente, en el primer grupo del Continente Asiático al cual correspondió inaugurar la escuela en el campo Amistad Cuba-Corea. Habla un español fluido y es de expresión cálida, emotiva, que facilita su conversación.

Ri Lang Tun no rebasa los 50, es un profesional coreano que –al mismo tiempo– guarda una profunda gratitud hacia la Isla de la Juventud, donde permaneció por cuatro años. Luego continuó estudios en La Habana hasta culminar la licenciatura en Biología.

“Para mí es un orgullo y un honor venir de nuevo a la Isla de la Juventud –fueron sus palabras iniciales–. Durante nuestra estancia aquí fuimos muy bien atendidos por los cubanos, y lograron que nos sintiéramos como en nuestra propia casa”.

A continuación, agregó: “¡Gracias! por la gran atención que el Gobierno y el pueblo cubanos nos brindaron, encabezados por su líder de siempre. Mi profunda gratitud al Comandante en Jefe, Fidel”.

Por un momento, la voz se ahoga en su garganta. “Siento una emoción muy grande…–dice después a modo de excusa, y sonríe al encontrar la expresión exacta de su pensamiento– por la calurosa bienvenida de esta noche, como uno la recibe cuando regresa a casa, tras un largo viaje, y siente la alegría de los familiares más queridos.

“Estoy trabajando en la embajada de Corea, en La Habana –enfatiza– y haré todo mi esfuerzo por fortalecer la hermandad con los cubanos, para que se desarrolle más la relación entre nuestrospaíses”.

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