
Foto: Wiltse Javier Peña Hijuelos
Papa durante todo el año, objetivo de un proyecto en desarrollo. Siembras en el momento óptimo, garantizadas por muchos pequeños productores, con semilla pinera

Foto: Wiltse Javier Peña Hijuelos
Cuesta imaginar la cocina internacional sin la papa, aporte aborigen de este “nuevo mundo” llevado a Europa por los descubridores españoles. Hoy, como un contrasentido, la semilla de papa que utilizamos en nuestra isla viene del Viejo Continente, llega atrasada y cuesta carísima; realidad que podríamos revertir.
Una familia de investigadores, vinculada a la Cooperativa de Créditos y Servicios Rodolfo Carballosa, radica en tierras que antes fueran parte de La Granjita, frente a donde termina Sierra de Casas, carretera por medio. Llevan más de tres años avanzando, con meticulosidad científica, en su proyecto de dar a esta Isla de la Juventud una semilla pinera, en cualquier cantidad y a tiempo siempre para iniciar el cultivo de la papa en el momento óptimo.
¿Hasta dónde han llegado?
COMO UN SÓLIDO HAZ DE VARILLAS
Al escudo cubano lo centra un haz de varillas que así, juntas, son imbatibles. Eso simbolizan. Como el sabio adagio: En la unión está la fuerza.
“Nuestro objetivo es que muchos campesinos siembren papas en pequeñas áreas; hablo de pequeñas porque son más fáciles de atender. Con bastantes poquitos tendremos papa para todo el año y no estará tan escasa como ahora –enuncia el ingeniero agrónomo Frank Enrique Hernández Varela, el menor de la familia–; la papa –agrega– es muy sensible a plagas y enfermedades. Los productores pueden aplicar medios biológicos (pesticidas, insecticidas y abonos) hechos por ellos mismos.
“La agricultura urbana, suburbana y familiar tiene un movimiento de patios y parcelas, muy conveniente… Incorporarlos sería fundamental para tener más papas aquí. Esas familias, además de cultivarlas –reproduciéndolas por los métodos que hemos desarrollado– pueden guardar sus propias semillas y tenerlas a mano para la siguiente etapa”.
ÉPOCAS DE SIEMBRA
Noviembre, entre el diez y el 20, es el momento ideal para efectuar la siembra, todavía hay calor y la papa lo necesita para nacer; después llegan los fríos que generan el crecimiento de los tubérculos comestibles. Por eso, disponer de semilla propia resulta una garantía de buenas cosechas.
Las siembras pueden ser tempranas, en octubre; óptimas, en noviembre y tardías en enero.
RELLENO DE UN BACHE

Foto: Wiltse Javier Peña Hijuelos
El alma del grupo es una manzanillera de sonrisa afable, Yesenia Katia García Toledo, esposa de Frank Enrique. Pone en todo, además de su simpatía natural, el detalle de mujer, asegura los alimentos y da “una mano en lo que haga falta”.
Desempeña, además, una tarea muy especial, prepara la solución enraizadora: “agua de coco, sábila, orégano y una pizca de canela” que se aplica a los esquejes.
Durante la entrevista su preocupación motiva la intervención del ingeniero agrónomo Francisco Hernández Rodríguez, Paquito, cabeza de familia y gestor principal del proyecto investigativo: “Si nos proponemos dar tres libras de papa por consumidor –supongamos por lo bajo unos 80 000–, durante los 12 meses del año, habría que plantar unas 12 caballerías, con buenos rendimientos; son 161 hectáreas. Para la actual campaña estamos sembrando unas 30 hectáreas, y un poquito más con la producción de forma ecológica a cargo de algunos campesinos. Nos van faltando… 130 hectáreas, más o menos, ¿verdad? Y no hay dinero para comprar tanta semilla en el extranjero, aun si encontráramos quien se atreviera a vendérnosla. Ese es el bache que nos hemos propuesto colmar con nuestro proyecto”.
La papa, en tres meses, y según la referencia de grandes cultivadores internacionales que por su clima disponen de condiciones óptimas, produce hasta 30 toneladas por hectárea; unos 9 000 quintales por caballería. “A finales de 1982, en La Caoba, sembramos cinco caballerías de papa y se lograron 8 000 quintales por caballería. A pesar de no disponer de todos los recursos era una cifra nada despreciable. Y no fuimos los únicos en lograrla”.
A MANERA DE COLOFÓN

Foto: Wiltse Javier Peña Hijuelos
A la gente grande de espíritu nada la desanima. Ahora hay una nueva dirección de la Asamblea Municipal, encabezada por un hombre de ciencia. En esto Paquito avizora nuevos rumbos: “Armando Manresa era el primer secretario del Partido aquí, a comienzos de los ’80. Fue quien creó el área de desarrollo La Granjita. Su objetivo era que buscáramos los logros de la ciencia y la técnica en los distintos centros de investigación y los trajéramos a este espacio para introducirlos en la Isla.
“Al irse Manresa se desintegró La Granjita y no hubo más área de desarrollo”.
Tener semilla de papa pinera, en cantidad suficiente para abastecer al territorio durante todo el año con este alimento de cosecha rápida, es posible. Los decanos de la antigua Granjita lo están demostrando. Ahora mismo, por el método de esquejes, podría quintuplicarse lo sembrado. Falta poner la intención por quienes compete, generalizar y lograr que esta iniciativa se convierta en un aporte nuestro, de la ciencia pinera, al resto del país.
MÉTODOS DE REPRODUCCIÓN RECOMENDADOS POR PAQUITO
1.- Semilla botánica. “La papa florece y da frutos, una baya semejante al tomate, pero mucho más pequeña; contienen de 200 a 400 semillas.
“Las exprimo, las seco y guardo en frío por 40 días. Luego las sembramos en bandejas y cuando ya están de trasplante las llevamos al campo. Se desarrollan y dan frutos –asegura– como una papa de importación. En tres años, por selección, hemos logrado una variedad pinera, con muy buen rendimiento, que está en proceso de ser descrita y certificada”.
2.- A partir de grelos –brotes tiernos de los tallos del nabo; por extensión se da igual nombre a los de la papa–: La cosechada durante enero-febrero, en septiembre ya ha grelado y cada uno tiene alrededor de una pulgada. “Los quito y siembro en bandejas, de forma directa, sin usar alguna solución enraizadora”.
Trasplantados luego a los campos, se desarrollan como una papa normal.
3.- Por esquejes: Cuando la planta tiene un mes de nacida está fuerte y en pleno desarrollo, “corto un trozo de los gajos más fuertes, a una cuarta de la punta, o sea, un esqueje; los mojo en la solución enraizadora que elabora mi nuera y quedan listos para sembrarlos en bandejas o directo en el campo”.
Cortar los esquejes no afecta a los tallos, al contrario, beneficia a la planta, pues retoña con mayor área de fotosintetización.
4.- Siembra tradicional: “A la papa que quité los grelos en septiembre, la siembro como si fuera semilla de importación. No la fracciono. Pero si se trata de papa fresca, como la que voy a sembrar en noviembre o diciembre, siempre la fracciono. Incluso en grandes siembras”.