Disparos infames en batallón fronterizo

Cuando cubría su guardia en la posta 19, en la Brigada de la Frontera –primera trinchera antimperialista de Cuba–, disparos procedentes del territorio ilegalmente ocupado por la base aeronaval de Estados Unidos en Guantánamo le ocasionan la muerte al combatiente Luis Ramírez López.

Según testimonios,el cobarde crimen ocurre a las  siete de la noche del 21 de mayo de 1966; al continuar los tiros, el mando indica a los soldados protegerse y se escucha una voz: “Hirieron a uno”. Otro de los compañeros pregunta: “¿A quién?”, entonces responde el propio Ramírez López: “A mí; yo estoy herido”.

Viene tambaleándose hacia el sitio seguro de la trinchera cuando se desploma y, ya en el suelo, moribundo exclama: “¡Marines, hijos de p…, me han matado!”

Al  joven oriundo de Guisa, Bayamo, en el oriente cubano, lo llaman a incorporarse al Servicio Militar el 25 de mayo de 1965. Por su condición de vanguardia lo seleccionan para integrar la Brigada de la Frontera, donde presta servicios en la Compañía Cinco y destaca por su disciplina, sentido del deber y compañerismo. Dado su carácter alegre se gana la simpatía de todos.

Recién cumplidos los 22 años, sin haber realizado sus sueños ni fundar familia, pero devenido símbolo, resulta la segunda víctima mortal de una política de provocaciones yanquis, violaciones y agresiones constantes, que causan graves lesiones a varios miembros de la fuerza encargada de preservar la soberanía del territorio no ocupado.

De forma calumniosa, agencias cablegráficas al servicio del imperialismo difunden que el militar fallecido había violado el territorio de la base y el Pentágono emite cínicas y mentirosas declaraciones imposibles de sustentar. Fidel Castro Ruz, máximo Líder de la Revolución, mediante un discurso responde a las injurias con profundos argumentos y, el 28, decreta el estado de alerta para todo el país.

Ya desde el 26 de mayo, Ernesto Vera Méndez –entonces presidente de la Unión de Periodistas de Cuba– junto a 30 periodistas de 16 naciones habían arribado a la Brigada de la Frontera para participar en una conferencia de prensa y visitar el lugar de los hechos.

El jefe de esa unidad, comandante Demetrio Montseny Villa, ofrece detalles de lo concerniente al asesinato del joven combatiente, y al ser interrogado acerca de la versión ofrecida  por el Departamento de Estado, explica:

“La cerca está formada en realidad por tres cercas, de 15 a 18 pelos de alambre de púas, tiene dos metros de alto; y arriba hay alambres de púas, además de matas espinosas del lado de acá. Como se ve, para brincarlas hay que hacer un esfuerzo y picar el alambre.

“Si el soldado nuestro, como dicen ellos, recibió la voz de detenerse y siguió avanzando, ¿cómo es, entonces, que recibe el tiro por la espalda? (…) la Base está rodeada de minas. Nadie puede acercarse por allí sin ser volado. Esto demuestra que todo lo planteado por el Departamento de Estado es absolutamente falso”.

En honor  a Luis Ramírez López y, ante el paso del ciclón Alma que arrasa Isla de Pinos, la dirección nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas moviliza a cientos de militantes y algunos jóvenes que no lo eran para organizar la columna de trabajo a la que pusieron su nombre.

A la distancia de 57 años, sucesivas generaciones de jóvenes soldados de la Brigada de la Frontera –guiados por el ejemplo de Luis, pues supo mantenerse firme a escasos pasos del imperialismo– defienden al precio que sea necesario las conquistas de la Revolución.

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Historia Isla de la Juventud
Mayra Lamotte Castillo
Mayra Lamotte Castillo

Licenciada en Periodismo en la Universidad de La Habana; tiene más de 40 años en la profesión.

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