A la hora del velatorio no hubo coronas ni cojines suficientes para cumplimentar al fallecido, las flores estaban en falta. Julio Suárez Acosta, ya a la puerta del cementerio de La Fe, encontró la solución más inmediata que pudiera imaginarse: enfrente había algo más de media hectárea, un espacio utilizable, pero cubierto de malezas. “Lo voy a sembrar de flores”, se dijo y, antes de cerrar el mes, ya empuñaba el machete.

“De esto hace 19 años, y ya cumplí los 79. Primero lo sembré de flores y conservo algunas de las más raras. Luego incrementé con frutales y hoy tengo aguacate, fruta del pan, chirimoya, anón, guanábana, mamey, limón, naranja agria, guayaba, zapote, mango, ciruela; flores y plantas medicinales”.
Julio vino a esta Isla en 1967, provenía de la Lucha contra Bandidos en su provincia natal, Matanzas. Aquí estudió Suelos y Fertilizantes, pero casi no ejerció su recién estrenado título, ingresó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
Antes del último ciclón, el Mayor (retirado) Suárez Acosta, en solo un año entregó a su cooperativa de créditos y servicios Grito de Baire más de cuatro toneladas de aguacate, una de fruta del pan, otra de guayaba…, mas “aquello lo desbarató todo, todavía en algunas cosas nos estamos recuperando”.

Ahora este parcelero estelar, con casi 50 años de militancia ininterrumpida en las filas del Partido Comunista, trabaja con más ahínco, sobreponiéndose a la adversidad, por ello fue seleccionado para representar al territorio en el Encuentro Nacional de Agricultura Urbana efectuado hace poco en La Habana.
“Los habaneros apretaron –comenta con admiración–. Estuve en varios lugares, aquello es una joya. Y esa experiencia –no hacerlo de cualquier modo– tenemos que incorporarla al modo de producir pinero.
“Nos dividieron por municipios. A mí me tocó Centro Habana. Y fuimos a la práctica, donde estaba la gente trabajando. Todo muy bonito, limpio, organizado. Verdaderos jardines que da gusto recorrer solo por disfrutar tanta belleza. Además, con mucha producción y ¡barato! Luego regresamos para el debate de lo visto, las conferencias y el intercambio de conocimientos”.
¿Cuál de las experiencias compartidas fue la que más te impactó? ¿La que quisieras se generalizara primero en nuestro territorio? Le preguntamos.
“La preparación y el uso amplio del compost en diferentes formas –señaló quien allí reciprocara con sus experiencias sobre la utilización del herbicida a base de pino macho.
“Ellos han hecho un trabajo muy serio, y esto es fundamental para lograr altas producciones en hortalizas.
“Reciben el apoyo necesario para transportar la materia orgánica (y es lo que nos falta a nosotros, apoyo en transporte). Si queremos potenciar la agricultura urbana y llevarla a su máximo nivel, hay que hacer como los habaneros: prestarle máxima atención a ese detalle, que no es, por cierto, un detalle menor”.