
Su estatura va de la cabeza al cielo, porque Aylén Ballester Galarza se agiganta cuando sube a un escenario. Y no es solo al presentarse a un público y encararlo como actriz, frente a sus alumnos es todo un personaje. Aunque un momento antes, de tan menuda, se confundiera con sus educandos. Sobre todo, cuando vestida de abejita retozona comparte roles como una más de la colmena.
Nació en Manzanillo hace 31 años, creció en Niquero y se formó como Instructora de Música en la escuela Martha Machado, en Nueva Gerona. Tiene ya 12 años de experiencia laboral, los siete primeros en el seminternado Ernesto Che Guevara, de La Fe. Acaba de ser reconocida como la Mejor Trabajadora del año dentro de los 40 que componen su colectivo actual en la Casa de Cultura santafeseña.
“Un reconocimiento… que va en primer lugar para los niños –comparte–, porque son la razón de todo. Sin ellos, nada sería posible. Hay mucho que agradecerles, también a sus padres, a sus abuelos; siempre pendientes de que no falten a los ensayos, de los vestuarios, del maquillaje, los peinados. Dar un abrazo muy grande a los maestros de Che Guevara. Somos un equipo, por eso hasta las cosas más difíciles salen adelante”.
Aylén –la instructora de música– preparó a sus niños y lograron una actuación decorosa en dos confrontaciones municipales de teatro: Evento de Teatro y Títeres Callejeros y también en Isla-Cuento, donde recibieron un reconocimiento especial.
Les fue posible, porque Aylén –con quien siempre se puede contar para cualquier actividad, sea o no cultural– no se enmarca en su especialidad. Se considera, por sobre todas las cosas, Instructora de Arte: “¡Lo máximo! –enaltece en broma, y agrega–: Está dentro de la comunidad, investiga sus tradiciones, sus gustos y preferencias, descubre a los talentos y los motiva a manifestarse. En muchos casos logra que quien no pudo hacerlo antes, en su juventud, tenga ahora la oportunidad que entonces le faltó para acercarse a quien le pueda enseñar a pulir el artista que siempre llevó dentro”.