De dónde viene la peor furia

Eléctricos en plena recuperación tras el paso de Ian. Foto: Yeri Ramírez

Barcazas atiborradas de africanos naufragan en el Mediterráneo tratando de llegar a Europa. Intentan escapar de la miseria, no del Socialismo, pues en sus países no lo hay.

Cordillera tras cordillera de centroamericanos buscan cruzar el río Bravo y entrar en Estados Unidos. Pretenden escapar de la miseria, no del Socialismo, pues en sus naciones no lo hay.

Guardacostas norteamericanos atracan por Mariel y otros puertos devolviendo a cubanos que en su intento de cruzar el estrecho fueron interceptados a medio camino. No los quieren –los cubanos allá tienen mala fama– ni les hacen falta, excepto para mostrarlos como disidentes, enemigos jurados de nuestro Socialismo. Muchos, sin embargo –la inmensa mayoría– lo hicieron (y así lo confiesan): por motivos económicos, no políticos. Iban tras el engañoso “sueño americano”.

“Son jóvenes en su mayoría, y es lo que más duele –me dijo quien tiene aquella ciudadanía, pero se repatrió y reside en esta Isla–. Están ciegos y no quieren ver. Aquello es una cosa muy distinta a lo que les han metido en la cabeza vía Internet. Allí hay de todo, es verdad, pero la cosa está en si puedes comprarlo o no. Te harán falta dos o tres trabajitos de medio palo, a como quieran pagar, y no tendrás tiempo ni para rascarte la cabeza”.

Y todos los meses llegará, según me contó, el bill (la factura) acuciando por el pago del alojamiento, de la electricidad, el agua, el carro…, hasta del televisor porque no es como aquí donde la señal está en el aire y tú coges cualquier canal. Allá se hace contrato por un número de canales y solo a esos tienes acceso.

Si no pagas, quedas en lista negra y te desalojan sin consideración.

“Ahora mismo, tras el paso de Ian –precisó– hay más de dos millones de personas sin electricidad, solo en La Florida. Y ni imaginar que en dos días va a estar resuelto ese problema. Pero, nadie sale a las calles a dar cacerolazos ni a provocar disturbios. No es culpa del gobierno si el ciclón pasó por allí, eso cualquiera lo entiende”.

Un reciente editorial del periódico Granma con el título Solo preservando la unidad podremos recuperarnos, señala: “Los enemigos de Cuba no ofrecerán jamás una solución que no responda al interés de subvertir la sociedad socialista que nos damos; y en ese afán es que aprovechan –y hasta fabrican– las vicisitudes que atravesamos” (…)

“Incluso de los estragos de un ciclón y sus consecuencias sucesivas, dicen los que nos odian, tiene la culpa el Gobierno revolucionario; al tiempo que, en la nación del norte, desde donde vociferan, pasa el mismo huracán devastador, dejando la triste huella de una veintena de muertos, en su caso, ‘por la furia de la naturaleza’”.

Tal es la burda manipulación por la que pagan los odiadores, desde donde viene furia peor que la de la naturaleza.

Aunque el apagón consecuente sea igual de irritante para todos, se agudiza cuando empeora con el sobresalto ocasionado por los saqueadores, todos armados, desvalijando inmuebles.

Acá, en este “infierno” que para ellos es nuestro Socialismo, ya están los evacuados, antes de pasar el ciclón, en los centros habilitados para su protección; no pasaron hambre ni sed y tienen todos los servicios asegurados, sin asaltos ni tiroteos…

Pero de eso ni hablan como tampoco que territorios como la Isla de la Juventud había restablecido la electricidad al 99,9 por ciento de los clientes al cabo de la semana del paso del huracán.

Como alerta el referido editorial, los actuales desafíos convocan “a mantenernos inquebrantablemente juntos, a no dejarnos dividir, a entender que toda solución a cada problema, aunque precise tiempo, necesita comprensión, acompañamiento y, sobre todo, participación”.

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