Pincal manufactura pinturas vinílicas en La Fe, las elabora en una gran nave abandonada que antes fuera lavandería del poblado. Para llegar hasta ella, en la zona de La Granjita, hay que conocer el lugar. Nada indica que allí radica la mipyme creada por el ingeniero químico, jubilado, Wílliam Rosales Fuentes. Excepto unos brochazos de diferentes colores en la pared.

Y es algo que, en mi criterio, este emprendedor debiera tomar más en cuenta: visualizarse y promoverse.
Pincal es una entidad unipersonal, que genera empleo a una decena de trabajadores. La mayoría solo cuando deben enfrentar producciones significativas, pero enumera Wílliam: “Tenemos, de forma permanente, a un económico y un administrador, como llevan todas las mipymes”. Son quienes establecen los precios. Siempre sobre la ficha de costo y nunca con ganancias superiores al 30 por ciento.
Este emprendimiento arrancó en diciembre del año anterior con un depósito inicial o cuenta bancaria de 150 mil pesos, a los cuales se adicionó millón y medio de préstamo bancario. Ya pagaron el 50 por ciento de tal deuda y están en fase de concluirla antes de que finalice el año “…aunque el mercado está muy deprimido. Las empresas no tienen dinero para inversiones; pero vamos adelante con lo adquirido por la población”, indicadores que denotan un desarrollo próspero.
Sus materias primas –acetato, pigmentos y otros componentes– las adquieren en La Habana, de las mipymes importadoras: “…la primera que me venda, yo le compro; por supuesto, depende de precios y calidad”.
Pincal enfrenta, como cualquier otra dependencia pinera, el doble fatalismo geográfico de estar en una isla enclava dentro de otra mayor. “Solo la transportación nos sale entre 70 y 80 mil pesos por viaje. Agréguele el costo de las materias primas, que son muy caras. Si compras caro… tienes que vender caro; de lo contrario no tienes utilidades y vas a la bancarrota”.
Pero ese caro, tiene un límite: el 30 por ciento de ganancia. Recuérdelo. Y el gasto por transportación va incluido en la ficha de costo. Se toma en cuenta para el pago de las obligaciones tributarias a la Onat.
Esta mipyme tiene su cuenta bancaria en la sucursal de La Fe, donde deposita “en dependencia de las entradas que tenga. Si el nivel de ventas minoristas (a la población) fue muy fuerte, deposito al menos una vez por semana. El trámite es muy rápido, nada engorroso”.
Las ventas a empresas o entidades se realizan, casi siempre, por la vía digital y van directamente a la cuenta bancaria, nada a depositar en efectivo. “Disponemos de Banca Remota, Transfermóvil, código QR…no tenemos problemas. Las pasarelas de pago son un poco novedosas para algunos, pero en el mundo entero se trabaja con eso. Quien se disguste es porque no tiene conocimientos de su conveniencia”.
Crear Pincal fue para este jubilado e ingeniero químico, “…un motivo de gran satisfacción, como lograr un sueño. La idea de hacer algo distinto, cuando puedes dar salida a tu propia iniciativa”.