Con los protagonistas… (+ Fotos)

Los integrantes del Destacamento se mantienen cargados de sueños y alegrías. Foto: Karelia Álvarez Rosell

De una trascendental epopeya tejida por el Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech, obra educacional que ya sobrepasa el medio siglo de vida

Ya los rostros no son tan lozanos, muchos lucen el pelo encanecido y arrugas como testigo del paso de los años; tampoco su andar es ligero, es que transcurrió el tiempo y se llevó esos días de juventud cuando los sueños se desbocaban.

Sin embargo, ahí están, con la alegría y la frescura de la etapa de estudiantes. Llegó la hora del reencuentro y junto con esta los abrazos, las lágrimas, las jaranas, el baile, los recuerdos y las preguntas: ¿pero de qué contingente eras?, ¿de qué asignatura?… ¿tú eres…?

Era imposible perderse un encuentro así, de esos que te estremecen hasta la uña del dedo gordo y te recargan de esas emociones que tanto bien le hacen al cuerpo y al alma. Habría que preguntarle a la profe Reglita, quien decidió venir con su hermana porque no tenía con quién dejarla. Ella no quería ser una simple espectadora desde La Habana, prefirió vivirlo, sentirlo.

Así, cargados de expectativas y anhelos, llegaron esta semana varios de los integrantes del Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech para reencontrarse con los que decidieron hacer vida en este terruño para juntos celebrar las más de cinco décadas de existencia de una epopeya que contribuyó a que Cuba hoy exhiba logros en materia educacional.

Cada lugar visitado o calle transitada (filial pedagógica Carlos Manuel de Céspedes donde plantaron un roble blanco, encuentro en el Instituto Cubano Amistad con los Pueblos, la finca agroturística Agua Santa y la casa de niños sin amparo familiar, les movió los recuerdos.

Pero sobre todo la institución educacional donde crecieron y se formaron, pues de repente se vieron en los campos citrícolas con guataca en mano, el área de formación y deportiva, la cafetería de La Demajagua, en las aulas recibiendo e impartiendo clases a la vez o comiéndose un masarreal durante la merienda.

Fue el 4 de abril de 1972 cuando Fidel Castro habló en la clausura del II Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas y expresó la necesidad de iniciar un movimiento de captación de jóvenes de décimo grado para que marcharan a enseñar a las secundarias en el campo, bajo la dirección de profesores más experimentados. Dijo, además, que para 1976 harían falta más de 18 000 maestros, y Cuba no los tenía.

La respuesta al urgente reclamo del Comandante en Jefe no se hizo esperar, miles y miles de muchachos entre 16 y 17 años decidieron renunciar a sus sueños de ser médicos, abogados, ingenieros o periodistas para dedicarse a la hermosa labor de enseñar a otros casi de la misma edad, con ese distintivo uniforme azul oscuro y gris tenue; así como con ese brazalete con la imagen de Manuel Ascunce Domenech que ahora vuelven a lucir ya sea en el brazo, camisa o blusa porque les enorgullece.

LA TRAVIESA REGLITA QUISO EXPLORAR

“Acá aprendí a tenerle un amor a la patria muy grande”, dijo la profe Reglita. Foto: Karelia Álvarez Rosell

“Acá llegamos siendo unos muchachos con muchas ideas, planes, pero sobre todas las cosas con deseos de conocer; la Isla me dio esa oportunidad. Aquí me formé, hice una familia que una vez más la estamos viendo, me llené de valores que sirvieron para después trasmitírselo a mis alumnos y mi propia familia.

“Con sinceridad le digo que mi sueño era estudiar Medicina, pero con las construcciones de las escuelas en el campo y el llamado para la formación de maestros debido a su déficit, quise explorar y comencé en la filiar pedagógica Pedro Albizu Campos, en Güines.

“En ese tiempo estaba Edel González como director, pero como yo era, digamos, muy traviesa, él no me perdía pie ni pisada y me trasladé para el municipio. Quién te dice que como a los seis meses lo mandaron a él para aquí, ya te puedes imaginar, pero tengo que agradecerle por lo mucho que incidió en mí como ser humano. Cuando hice mi maestría a la primera persona que vi parada en la puerta fue a Edel, nosotros lo adoramos.

“Acá aprendí a tenerle un amor a la patria muy grande porque nos enseñaron a identificarnos, solidarizarnos, unirnos; además nos formaron y todo ello se resume en identidad, lo cual nos ayudó a experimentar un sentimiento extraordinario por Cuba.

“Ya en estos momentos estoy jubilada; sin embargo, este amor por la profesión sigue vigente en mí porque un maestro nunca termina, de una manera u otra seguimos educando. Yo hablaba con mi hijo y me decía que esto era un privilegio porque su generación posiblemente no iba a organizar un encuentro como este, cargado de sinceridad, valores y emociones”, expresó Regla Rivero, del cuarto contingente de la especialidad de Español y Literatura.

SIEMPRE QUISE SER MAESTRA

Ivonne siempre quiso ser maestra. Foto: Karelia Álvarez Rosell

“De pequeña siempre me gustó ser maestra, pero mi mamá nunca me dejó irme a estudiar esa profesión tan pequeña. Cuando se hizo el llamado para el segundo contingente del Destacamento ya estaba en la escuela al campo Vanguardia de La Habana, de la cual soy fundadora, y me sentí enamorada de esa posibilidad; además tenía dos grandes profesoras: Catalina y Diana, que me inspiraron todavía más.

“Los de inglés primero hacíamos un intensivo de idioma en la capital, luego se comenzó a realizar aquí; al retornar para el territorio empiezo como alumna ayudante de pedagogía y luego de la propia especialidad. Siendo estudiante me piden que asuma la jefatura del departamento, o sea, llevé doble responsabilidad.

“Era algo complicado porque era alumna y la vez jefa de departamento de mis profesores. Imagínate, yo no podía revisar los exámenes que me iban a aplicar, hubiera sido un fraude, pero Edel González, nuestro eterno director, me pidió esa tarea y la asumí con la mayor responsabilidad posible.

“Desde el inicio nos marcó, a pesar de ser muy jóvenes y como tal hacíamos cosas propias de la edad: escaparnos para la cafetería, reírnos, enamorarnos… el hecho de enfrentarnos al aula y hacerlo con seriedad y disciplina; dicen que era muy recia, pero muchos me recuerdan con cariño.

“Estuve frente al aula hasta el 2017 cuando me jubilé, luego me reincorporé y desde el 2023 cesé porque sentí que necesitaba un descansito, aunque uno nunca se retira por completo”, Ivonne Crespo, del segundo contingente.

DECISIÓN GRANDE EN LA VIDA

“Incorporarnos fue la primera gran decisión en la vida”, expresó Enrique. Foto: Karelia Álvarez Rosell

“Con este reencuentro han venido a confluir muchos momentos en mi mente que he vivido durante estos más de cincuenta años como alumno, profesor y subdirector de Educación en la Isla, todos cargados de muchas satisfacciones.

“Ello no es más que una sistematización de años de trabajo de varias personas que comenzamos en el magisterio con voluntad y compromiso ante un llamado, nunca pensando que con el tiempo se iba a convertir en una convicción.

“Incorporarnos al Destacamento fue tal vez nuestra primera decisión grande en la vida, sin conciencia del por qué estábamos decidiendo ser maestro, nos adentrábamos así a un proceso que empezaba, que era complejo, pero necesario.

“A nosotros nos tocó escribir una época de la educación en el territorio que deberá ser recordada por siempre aunque hoy estén acabadas las escuelas y muchas cerradas porque en cada una está la entrega y el espíritu de todos nosotros.

“Yo quise siempre ser abogado, pero si tengo que volver a comenzar quisiera ser maestro. A pesar de los cocotazos recibidos, tengo el orgullo de haber vivido y aportado a este territorio; me place regresar con la cabeza alta y decir con orgullo: esta es mi isla, estos son mis profesores, mis alumnos…

“Todos los pedagogos que hemos pasado por aquí nos debemos algo y es acabar de escribir la historia de la labor educacional en la Isla de la Juventud, además del proyecto internacionalista; eso es una carencia y una obligación moral que tenemos con la Revolución porque mucha gente entregó su juventud y dejó su vida”.

“Estos cincuenta y dos años dedicados a la educación nos permitió reconocer la labor del líder y agradecerle a él, Fidel Castro Ruz, la posibilidad de hacernos grandes con la obra de la Revolución”, enfatizó Enrique Gutiérrez Menéndez, del tercer contingente.

LOS AGRADECIDOS

Las muchachas y muchachos de siempre, los agradecidos, se abrazan, bailan, jaranean y evocan por estos días aquella etapa preñada de sacrificios, pero también de muchas emociones: los primeros alumnos y la primera clase frente a un aula, esa que nunca se olvida; y suman otras tantas que los llena de alegrías y orgullo por haber tomado la decisión de ser maestros para así contribuir a formar al hombre nuevo y dignificar a la educación cubana.

Foto; Karelia Álvarez Rosell
Foto: Karelia Álvarez Rosell

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Karelia Álvarez Rosell
Karelia Álvarez Rosell

Licenciada en Defectología en la Universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomada en Periodismo con más de 30 años en la profesión.

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2 Replies to “Con los protagonistas… (+ Fotos)

  1. Deseo felicitar a los organizadores, coordinadores y a todos que de un modo u otro contribuyeron a que se realizada este excelente e histórico encuentro del Destacamento Pedagógico, aquí en la Isla de la Juventud. Magnifica actividad.

  2. Este encuentro lleno de vivencias y anécdotas nos hizo revivir el pasado, lo seguí en la distancia, pero lo disfruté con intensidad, me siento orgullosa de pertenecer a este Destacamenro, gracias Fidel y a todos los profesores que contribuyeron a nuestra formación

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