
El 19 de noviembre de 1888 nació el Campeón de Ajedrez José Raúl Capablanca; niño prodigio al aprender por sí mismo el juego que lo llevaría a la fama, con sólo cuatro años y medio, y a los 13 ya se coronaba campeón de Cuba.
Oriundo de La Habana, fue el segundo hijo de José María Capablanca Fernández, natural de Bayamo, Oriente, oficial del ejército español —Cuba no había aún conseguido su independencia— y la matancera María Graupera Marín.
Según su propio relato, aprendió las reglas del juego a los cuatro años de edad, observando a su padre jugar con amigos. En el transcurso de una de las partidas, que este jugaba habitualmente por las tardes con el General Loño, de quien era asistente, observó que Don José María, movía el caballo de una manera no permitida; ante la sorpresa de todos, lo acusó de hacer trampas y pasó a demostrarle lo que había hecho.
Cuando el niño cumplió los cinco años su padre comenzó a llevarlo al Club de Ajedrez de La Habana. A los mejores jugadores del club les fue imposible derrotarlo dándole ventaja de dama. En diciembre de 1901, a la edad de trece años, derrotó al campeón nacional cubano Juan Corzo con el resultado de 4 victorias, 3 derrotas, y 6 tablas, alcanzando el título de campeón de Cuba.
A los 4 años de edad aprendió los movimientos del ajedrez, observando a su padre jugar. Una vez se sonrió durante un juego en que su progenitor jugaba con un amigo, cuando se le preguntó por qué sonreía, el niño respondió: “Porque moviste tu Caballo a una casilla incorrecta.” Muy pronto su padre lo llevó al Club Central de Ajedrez de Cuba en la Habana donde tuvieron que apilar libros en una silla para poder alcanzar la mesa y el tablero de ajedrez.
Terminó sus estudios en el Instituto de Bachillerato de Matanzas. Su familia no disponía de recursos como para permitirle estudiar en el extranjero, pero en vista de sus buenos resultados académicos, su mecenas Ramón San Pelayo se dispuso a financiar su formación en los Estados Unidos. Cursó la secundaria en la Escuela Woodycliff de Nueva Jersey aspirando a entrar en la Universidad de Columbia para seguir la carrera de ingeniería química. Sin embargo, permanentemente distraído por su pasión en el juego ciencia, sólo cursó los dos primeros años.
Capablanca rehusó estudiar ajedrez y nunca leyó ningún libro de esta materia o estudió aperturas, aún así ganó el Campeonato Mundial a pesar de todo, fue posiblemente el más grande jugador natural de esta disciplina. A los 17 entró a la Universidad de Columbia y jugó en el Manhattan Chess Club, derrotando al Campeón del Club.
Entre sus logros aparecen sus récords mundiales en sesiones de partidas simultáneas en la primera década del siglo XX en Estados Unidos y su contundente victoria sobre el campeón de ese país, Frank J. Marshall, con score de 8 por 1, con 14 tablas.
La Primera Guerra Mundial hirió sus aspiraciones de alcanzar la corona, hasta que en 1921 derrotó en La Habana a Emmanuel Lasker, quien llevaba 27 años como monarca, Capablanca es el único que ha ganado el título en calidad de invicto.
José Raúl tuvo su única incursión olímpica en Buenos Aires`39 y ganó la medalla de oro en el primer tablero, por delante de Aliejin. Hizo numerosos aportes al ajedrez, tanto en la teoría como en el reglamento y es quien más cerca ha estado de la perfección en el noble juego. Se mantuvo ocho años invicto, entre 1916 y 1924.
José R. Capablanca perdió solamente 36 partidas de un total de 567 en toda su carrera como jugador de ajedrez. No perdió un solo juego entre 1916 y 1924 y ganó 7, empató 35 y perdió 6 partidas de Campeonato Mundial con un resultado de 24½ puntos de un total de 48 juegos jugados. Capablanca nunca tuvo un tablero de ajedrez en su casa.
En Marzo de 1942, sufre una embolia cerebral al estar analizando un juego en el Club de Maniatan, murió al día siguiente en el hospital Monte Sinaí el mismo hospital en el que Emanuel Lasker falleció un año antes.
Fue sepultado con grandes honores en La Habana.
Capablanca no fundó ninguna escuela por sí mismo, pero su estilo fue muy influyente en las partidas de los campeones mundiales Bobby Fischer y Anatoly Karpov.
Mijaíl Botvínnik escribió acerca de cuánto aprendió de Capablanca, y precisó que también Alekhine debía al cubano mucho de su juego posicional, que aprendió durante sus frecuentes reuniones, antes de que la lucha por el título del mundo les hiciera enemigos. Botvínnik considera a Los fundamentos del ajedrez, de Capablanca, como el mejor libro sobre ajedrez que se haya escrito.
En este texto el gran maestro precisa que mientras que el alfil es generalmente más fuerte que el caballo, la unión de reina más caballo es generalmente superior que la combinación de dama y alfil: el movimiento diagonal de este, simplemente imita al de la reina, mientras que el caballo la complementa, alcanzando de forma inmediata posiciones que le están vedadas a la dama.
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